La complejidad de la tecnología moderna es a veces abrumadora, pero por la forma en que nos abre las puertas del mundo fascina a millones de personas. Por algunos considerada como una amiga, y una enemiga por otros, ya no puede ser ignorada. Ha transformado nuestra forma de vivir, de informarnos y de comunicarnos.
El Heraldo ha visto la necesidad de traer una perspectiva espiritual a las numerosas cuestiones que este tema presenta. Por ejemplo, ¿es posible obtener una visión correcta de las cosas en el flujo de información cotidiano? ¿Cómo hacerlo? Y además, ¿es posible dominar la sensación de que somos esclavos de “máquinas infernales” que a menudo parecen actuar por sí mismas?
Al pensar sobre esto, nos inspiran las numerosas promesas que Dios nos hace en la Biblia; la promesa de que no hay situación en la que Su tierna presencia no pueda guiarnos, inspirarnos y enriquecernos espiritualmente; la promesa de que todos somos Sus hijos bienamados, capaces en toda circunstancia de dar pruebas de que solamente la inteligencia divina gobierna. También, la promesa de que nadie está excluido de la posibilidad de progresar en la vida.
