Este simple comentario oído al pasar, me hizo pensar mucho. Quizás, porque es como si esperáramos que ese bienestar que disfrutamos ahora, fuese sólo temporal; que hubiera grandes probabilidades de que en en cualquier momento se conviertiera en malestar.
Algunos muchas veces adoptamos sin querer una actitud defensiva, como aguardando un embate del destino. Pero, ¿es necesario que vivamos en esa incertidumbre? ¿Es legítima esta existencia que no disfruta del ahora por temor al mañana?
La Biblia es una fuente de referencias para mí, y voy a menudo a ella para hallar respuesta a mis interrogantes. En la Epístola de Santiago están las palabras que respondieron adecuadamente a mis preguntas: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”. Santiago 1:17. 2 Escritos Misceláneos, pág. 124.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!