Una meta elevada
Cientos de jóvenes asistieron al IV Foro Valor para Defender los Valores, organizado por la Asociación para la Enseñanza (Aspaen). Allí se acordaron los valores que deberían conformar la nueva sociedad a la que se aspira.
Marcelo Arbeláez, alpinista y geólogo que alcanzó la cumbre del Everest el año pasado, comentó que su llegada a la cima más alta del mundo es un ejemplo de que los sueños se pueden alcanzar. Le dijo a los jóvenes que ésta había sido su ilusión desde hacía más de 27 años, cuando escaló su primer monte. La juventud colombiana reunida en Cartagena, asistió con gran entusiasmo a todos los eventos.
De acuerdo con la fuente consultada Arbeláez relató que al llegar a la cumbre de la montaña “dio gracias a Dios y le pidió fuerza y valor para llegar al campamento sano y salvo”.
Fuente consultada: El Heraldo (página web) de Barranquilla, Colombia o como figuran en los artículos con link al medio.
Las siguientes notas dan cuenta de jóvenes y niños de diferentes países que demuestran su solidaridad y altruismo ayudando a los demás.
¿Qué los mueve a dar de su tiempo y de sí mismos para acudir en auxilio de su prójimo? Tal vez la respuesta esté en estas palabras de la Sra. Eddy tomadas de Ciencia y Salud: “Los ricos en espíritu ayudan a los pobres en una gran hermandad, teniendo todos el mismo Principio, o Padre; y bendito es ese hombre que ve la necesidad de su hermano y la satisface, procurando su propio bien beneficiando a otro”.
Esa riqueza espiritual que se acrecienta al compartirla, es parte de nuestra elevada naturaleza, que no puede extinguirse porque su fuente es el Amor divino. Está disposición de todos para que hagamos uso de ella, para bien de la humanidad y de nosotros mismos.
Una noble tarea
Hasta diciembre del año pasado, las peleas entre pandillas en la ciudad de Managua, protagonizaban un promedio de cinco enfrentamientos con la consiguiente secuela de heridos, además de otras víctimas de robos y agresiones.
Debido a esto, la Policía Nacional ha impulsado un proyecto destinado a reinsertar a más de 800 jóvenes en la sociedad. Los que decidan adherirse al mismo, se dedicarán a realizar labores de limpieza de escuelas, calles y demás tareas “que los identifiquen como útiles a la comunidad”. A medida que se cumplan los objetivos del programa y las tres fases del mismo, tregua, armisticio y reinserción, la Policía dará a estos jóvenes empleo en los talleres artesanales. Así mismo, otras empresas privadas han prometido su participación en el proyecto.
La mayoría de los jóvenes ha dado muestras de querer cambiar su forma de vida, de estudiar y trabajar.
Varios muchachos, que habían pertenecido a diferentes pandillas de la zona, son ahora los más entusiastas y agradecen a las autoridades por haberlos sacado de las calles.
Uno de ellos dice: “...nos han sacado del lado oscuro donde estábamos”.
Fuente consultada: La Prensa digital (página web) de Nicaragua o como figuran en los artículos con link al medio.
La altura no es obstáculo
Hijos de desocupados, entre 13 y 20 años, ayudan a otros chicos de una escuela de Iruya, a 300 kilómetros de la capital de Salta, Argentina. Lograron amueblar la escuela que se halla a 3.000 metros sobre el nivel del mar. A través de senderos escarpados entre montes, estos jóvenes cargaron con mesas y sillas destinados a ese centro de enseñanza.
Pero no es la primera vez que realizan este tipo de tarea solidaria. Este año ayudaron a construir otra escuela en Los Alisos, un albergue en Mesada e inauguraron la primera biblioteca pública de Iruya. Esta construcción demandó un esfuerzo increíble, porque tuvieron que ascender por senderos de montaña para acarrear los materiales necesarios.
“Y ahora, ¿qué vamos a hacer?”, es la preocupación permanente del presidente del grupo, un alumno de quinto año. Según expresó Beatriz Molina, coordinadora del proyecto, “todo el mérito es de los alumnos que planifican y trabajan”.
Fuente consultada: La Nación on line (página web) de Buenos Aires, Argentina, o como figuran en los artículos con link al medio.