La década de 1930, fue una época de inestabilidad económica en Europa y en los Estados Unidos, junto con una depresión que por un tiempo sólo pareció agravarse. El desempleo era generalizado. Fue entonces que en Alemania llegó al poder un hombre llamado Adolfo Hitler, mientras que el líder italiano Benito Mussolini se preparaba para enviar su ejército a Etiopía, con la determinación de restaurar la época gloriosa de Roma.
En medio de esos sucesos, es lanzada una nueva edición de El Heraldo de la Ciencia Cristiana, seguida después de la guerra por la publicación de otro Heraldo europeo. La oportuna llegada de estas dos nuevas ediciones brindó apoyo a la gente durante la guerra y después de ella.
La edición en holandés
La primera en aparecer fue la edición en holandés, que se publicó con el propósito de dar apoyo espiritual a la gente tanto en los Países Bajos como en la colonia holandesa en Indonesia. No obstante, su proceso de nacimiento comenzó muchos años antes de 1930. Las filiales de la Iglesia de Cristo, Científico, en los Países Bajos, pidieron una edición holandesa del Heraldo ya en 1923; pero los archivos muestran que la gente de ese país había comenzado a estudiar la Christian Science mucho antes de eso.
Como ocurría a menudo, muchos llegaron a conocer la Christian Science a través de la curación espiritual. De acuerdo con los registros, la primera filial de la Iglesia de Cristo, Científico, fue establecida en La Haya en 1900, como resultado de una curación que se produjo con el tratamiento de la Christian Science. A ésa le siguieron otras iglesias. Una Sociedad de la Christian Science en Leeuwarden comenzó a través de una curación que ocurrió en 1908, aunque años antes el grupo se había desarrollado lo suficiente como para solicitar ser reconocidos formalmente.
Consta en los archivos que una señora había estado estudiando la Christian Science desde 1907, y comenzó a sentir alivio de los ataques de asma que sufría a medida que oraba y conocía mejor a Dios. No obstante, en 1914 ella experimentó algo más permanente que un alivio. Escribió en un testimonio publicado en enero de 1933: “No fui sanada sino hasta que comprendí que nada puede faltarme, puesto que soy el reflejo de Dios y siempre recibo el bien; y hasta que hube superado el orgullo y estuve dispuesta a dejar de lado toda auto-compasión, amor propio y justificación propia. Desde entonces he sentido gratitud y alegría mediante una mejor comprensión de Dios como Amor y Vida”.Heraldo en holandés de Enero de 1933, pág. 31.
Estas curaciones estimularon el interés en la gente de los Países Bajos y en la colonia holandesa en Indonesia que fue testigo de las mismas. Junto con todo esto llegó el deseo de tener literatura de la Christian Science para el estudio personal y para compartir con otras personas. La obra principal de Mary Baker Eddy, Ciencia y Salud, todavía no había sido traducida al holandés, aunque el Cuaderno Trimestral de la Christian Science — Lecciones Bíblicas Semanales, estuvo disponible en ese idioma en 1917.
Finalmente, en 1923 una filial de la Iglesia de Cristo, Científico, en los Países Bajos, pidió a La Iglesia Madre en Boston una edición en holandés del Heraldo. En aquella época, el artículo religioso que aparecía diariamente en The Christian Science Monitor era traducido a numerosos idiomas, pero ésa era la única literatura regular que los países del exterior recibían, excepto las ediciones ya existentes del Heraldo (en alemán y francés). La gente hacía buen uso de esos artículos, pero éstos, junto con los volantes ocasionales que se publicaban, eran apenas un aperitivo para gente tan ansiosa de aprender más.
La Sociedad Editora de la Christian Science quería ayudar publicando un Heraldo en holandés, pero se sentía limitada por el gasto. En aquella época, la organización publicaba un diario, revistas semanales, mensuales y trimestrales en inglés, así como dos revistas mensuales en otros idiomas.
En 1924, la Iglesia de Cristo, Científico, en La Haya, escribió a la Administración Fideicomisaria de La Sociedad Editora de la Christian Science, diciendo: “La aparición periódica de un artículo de la Christian Science traducido al holandés en la página Home Forum del Monitor nos llena de gratitud y nos demuestra cabalmente su deseo de ayudarnos. No obstante, lamentamos mucho señalar que la escasez de literatura de la Christian Science en nuestro país es todavía muy seria... nosotros sentimos que... la mejor forma de responder a esa escasez actual sería la publicación de un Heraldo de la Christian Science en holandés, porque una publicación periódica así, con su gran variedad de artículos, alcanzaría a un círculo más amplio de lectores...”
Dentro de ese amplio círculo de lectores estaban las colonias holandesas que vivían en Indonesia. Entre ellas había una señora que enfermó gravemente de lo que describía como una forma severa de “malaria tropical”. Ella escribió: “Una noche cuando tenía fiebre muy alta, todo ante mi vista se oscureció y me desmayé, pero las palabras ‘No hay muerte, Dios es mi Vida’, me despertaron de esa pesadilla. Cuando superé el temor, me recuperé muy rápidamente. Aprendí mucho de esa experiencia, incluso del hecho de que era el temor el que estaba impidiendo mi recuperación”. Ibid., Octubre de 1935, pág. 135.
El contacto que se mantuvo entre los Fideicomisarios y los holandeses que deseaban el Heraldo, continuó estimulando el pensamiento sobre cómo lograrlo. Una de las propuestas era tener una revista trimestral más modesta en tamaño que las otras que se publicaban. Los Fideicomisarios de la Sociedad Editora respondieron diciendo: “Estamos conscientes de la necesidad de producir literatura adicional en los distintos idiomas, y es nuestro deseo responder a esa necesidad en la medida que el crecimiento local de la Christian Science así lo justifique”.
Ambas partes se encontraban en esa difícil coyuntura en la que existía la demanda de más publicaciones, pero no los fondos que garantizarían el apoyo financiero. De manera que por un tiempo, los Fideicomisarios continuaron recomendando que se apoyaran en las traducciones al holandés del artículo religioso que aparecía en The Christian Science Monitor.
También es posible que las iglesias sintieran la necesidad de tener literatura que tuviera artículos más variados y profundos sobre metafísica, cosa que los relativamente cortos artículos religiosos del Monitor no podían aportar. (Si bien algunos de los escritos más cortos de la Sra. Eddy estaban traducidos, Ciencia y Salud no estuvo disponible en holandés hasta 1951.)
Mientras tanto, los planes para publicar una edición escandinava, como informamos el mes pasado en esta revista, se habían concretado. Cuando se anunció esa edición, un miembro de la iglesia en los Países Bajos le escribió a La Junta Directiva de la Christian Science expresando su decepción de que el holandés hubiera sido dejado de lado. Su carta dio lugar a un diálogo entre la Junta Directiva y los Fideicomisarios sobre el tema, lo que continuó hasta 1929. En noviembre de ese año, ambas partes decidieron posponer la revista hasta que la edición escandinava, que apareció por primera vez en enero de 1930, estuviera mejor establecida, y eso sucedió bastante rápido. Para junio de 1930, durante la Asamblea Anual, fue anunciada la edición en holandés, y en enero de 1931, la revista hizo su primera aparición.
En ella una declaración de La Junta Directiva de la Christian Science aclaraba que ellos estaban respondiendo a los Países Bajos y a sus colonias. Decía que el Heraldo era un “mensajero moderno de la Verdad que proclamaba al pueblo de Holanda y a sus colonias las buenas nuevas de ‘paz en la tierra, buena voluntad para con los hombres’, como lo ejemplificaba la influencia sanadora y regeneradora de la Christian Science.
“El lenguaje universal e inaudible del Amor divino está hoy llegando a las naciones civilizadas del mundo. Algunos la escuchan débilmente, otros con más claridad, pero entre todos existe la necesidad de que se escuche con mayor definición y que se entienda con más inteligencia para que ellos, en palabras de San Pablo, puedan tener ‘un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos’.
“La gente de cualquier nación acepta inmediatamente lo que se le da en su propio idioma. Reconociendo esto, la Descubridora y Fundadora de la Christian Science, Mary Baker Eddy, autorizó la publicación de sus enseñanzas en un idioma diferente al de ella, y, en esta última revista de la Christian Science, el pueblo de los Países Bajos puede leer la Christian Science en su propio idioma.
“Que ellos sean bendecidos con la abundancia de bien que la Christian Science ofrece a todo el mundo, es el sincero deseo de La Junta Directiva de la Christian Science”. Véase ibid., Julio 1931, pág. 18.
El primer número del Heraldo en holandés incluía testimonios de Alemania, Francia, Estados Unidos, Australia y Gran Bretaña. En un testimonio que fue impreso en el número de Julio de 1931, una señora de Amsterdam mencionó que ella había comenzado a estudiar Ciencia y Salud en 1910, después de haber sido tratada durante nueve meses por un especialista en enfermedades del cuero cabelludo. Si bien apreciaba mucho al especialista, quien había sido muy cordial con ella, la medicación que estaba tomando parecía no producir ningún efecto. Fue entonces cuando decidió buscar un tratamiento que tuviera una perspectiva más espiritual. Alrededor de un año después, la condición sanó totalmente y recuperó todo el cabello. ibid., Julio 1931, pág. 101.
A medida que aumentaban las tensiones de una probable Guerra en Europa, es claro que los Redactores de las revistas querían responder de una manera que diera apoyo espiritual a los lectores. El editorial de Violet Ker Seymer, “Pacificadores universales”, es un buen ejemplo de respuesta, particularmente ante los reclamos Nazis de que la Christian Science era estrictamente una “religión estadounidense”. El editorial decía lo siguiente: “La Christian Science es un poderoso factor de paz en el mundo de hoy, puesto que a través de sus seguidores eleva el pensamiento humano por encima de la lucha por posesiones y defensas materiales hacia un impulso divino de tener posesiones y defensas espirituales...
“El esfuerzo de muchas naciones hoy en día se centra en lo que se denomina primacía, y esa ambición humana rodea al hombre de rivalidad, sospechas y un fútil concepto de auto defensa. La unidad y la paz serán conocidas únicamente cuando una sola supremacía sea reconocida, la supremacía de Dios, el Principio o Amor divino, el creador, gobernador, preservador y unificador de todo lo que constituye la creación espiritual y perfecta. Los hechos principales de la creación revelan la verdadera supremacía, y mediante el reconocimiento de la primacía de Dios, el Espíritu, toda la humanidad está destinada a ser atraída espiritualmente hacia la paz y la unidad”. ibid., Octubre de 1935, pág. 128.
Este recordatorio de la necesidad de estar alerta espiritualmente fue muy oportuna, puesto que ocurrió en el mismo año que el ejército de Mussolini invadió Etiopía. Y cuatro años después las tropas de Hitler invadieron Polonia y desataron la Segunda Guerra Mundial. Después que el ejército Nazi ocupó los Países Bajos en mayo de 1940, las Iglesias de Cristo, Científico, como las de otros países, se vieron forzadas a cerrar sus puertas. Un diario Nazi en los Países Bajos publicó un artículo muy largo sobre la Christian Science, basado en información falsa, que advertía en contra de ella por ser una “religión estadounidense”. No obstante, eso no impidió que los estudiantes de la Christian Science de Holanda continuaran estudiando y practicando esta Ciencia. Como informa Birse Shepard, Secretaria del Comité de Ayuda de la Christian Science durante la Guerra, aunque los ejemplares del Trimestral no lograban llegar, “los Científicos Cristianos de Suecia y Suiza enviaban todos los Trimestrales que podían a los holandeses...”
“La Srta. Else Christiansen de Copenhagen, Dinamarca, envió por correo varios juegos de referencias de la Lección Bíblica a una amiga en La Haya. Los censores alemanes confundidos ante las líneas de números que indicaban las páginas, línea o versículo [de la Biblia y Ciencia y Salud] sospecharon que se trataba de un código y se negaron a dejar pasar la correspondencia. Entonces la Srta. Christiansen escribió toda la Lección-Sermón en inglés, como una carta, y la envió por correo. Por un tiempo las cartas llegaron a destino, pero le daba al censor mucho texto para traducir y él nuevamente puso objeciones, pidiéndole que las escribiera en alemán”. Documentos de Birse Shepard, pág. 224). La Srta. Christiansen así lo hizo, enviando citas de la Biblia un día y de Ciencia y Salud al siguiente. Y otros miembros de la iglesia en Europa ayudaban a obtener los ejemplares del Trimestral en Alemania, para ayudar también en ese país.
En 1943, sin embargo, los censores alemanes destruyeron todas las Lecciones — Sermón. Entonces un miembro de la iglesia en La Haya se comunicó con un alemán con ciertas influencias que había sido miembro de La Iglesia Madre pidiéndole ayuda. Él intervino y después de eso los holandeses pudieron recibir nuevamente las lecciones incluso cuando las autoridades militares prohibieron todas las actividades de la Christian Science. La única ruptura en la corriente de lecciones se produjo en 1944, cuando las Fuerzas Aliadas avanzaron y se cortaron las comunicaciones en todas partes.
Después de la Segunda Guerra Mundial, La Junta Directiva de la Christian Science publicó en las páginas del Heraldo un comentario sobre “Los Científicos Cristianos y la situación mundial”. En ese artículo, que se publicó en la página editorial, ellos mencionaban la “función vital” que tenían los Científicos Cristianos al dar forma a la historia del mundo y hablaba específicamente sobre la obligación que tiene cada individuo de cumplir esa tarea. Ellos escribieron: “Sabiendo que el Amor divino le da total protección contra las engañosas afirmaciones del mal, el Científico Cristiano cumple su responsabilidad como un ciudadano. Cumple con su parte apoyando y desempeñando aquella acción militar o de otra índole que se haya decidido hacer como la más sabia, bajo las circunstancias. Él es vigilante, alerta, valeroso, firme. Es capaz de hacer aquello que se le pida, puesto que al comprender la Verdad empuña las armas que el Apóstol Pablo describe como “poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas”.Heraldo de Enero de 1951, pág. 12.
Este soldado empuña armas “poderosas en Dios”.
Esta poderosa declaración fue publicada en todas las ediciones de los Heraldos trimestrales existentes en enero de 1951 y en los de diciembre de 1950, en alemán y francés. Los comentarios de los Directores fueron seguramente un apoyo para la gente cuyas vidas, hogares y carreras habían sido alteradas por la devastación de la Segunda Guerra Mundial y la guerra fría que comenzaba a intensificarse rápidamente.
Y en los Países Bajos había mucho por reconstruir. La mayoría de los ferrocarriles y cerca de la mitad de las fábricas y la flota mercante habían desaparecido. Los diques que mantenían el mar fuera de las tierras de este país bajo se habían dañado y el mar había vuelto a inundar cerca de la séptima parte de la tierra. No obstante, con la misma energía con que los holandeses resistieron a los invasores Nazis, comenzaron la reconstrucción, y para 1955 su producción industrial había aumentado cerca del 60% por encima de lo que era antes de la Guerra.
En los años que siguieron, la edición holandesa de El Heraldo de la Ciencia Cristiana continuó desarrollándose, hasta estar más preparada de acuerdo con las necesidades de sus lectores y para presentar evidencias de la curación espiritual en la época moderna de hoy.
La edición en italiano
Como en el caso de las iglesias holandesas, los Científicos Cristianos de Italia habían sido atraídos hacía estas enseñanzas por la curación. A fines de 1903, Mary Helen Morris y su hija, Gertrude, viajaron a Florencia desde Boston, con el propósito de pasar un año allí para que Gertrude estudiara música e idiomas. Ellas eran estudiantes de la Christian Science y celebraban servicios en la sala de las habitaciones que habían alquilado por nueve meses. Transcurrido ese lapso, decidieron quedarse más tiempo. Entonces conocieron a una mujer británica y a otros estadounidenses que estaban interesados en la Christian Science. Gradualmente, el grupo fue creciendo, y en 1904 hubo un momento clave cuando una joven estadounidense, la Srta. Wiener, llegó a ver a la Sra. Morris pidiendo tratamiento en la Christian Science por lo que se conocía como “parálisis progresiva”.
Esta joven había estado buscando un practicista de la Christian Science. De acuerdo con un manuscrito inédito de Gertrude Morris, esta mujer había “visitado los consulados de Inglaterra y Estados Unidos, y todos los bancos de la ciudad, hasta que finalmente llegó a la casa Thos. Cook & Son, preguntando si alguien conocía a un practicista de la Christian Science que viviera en la ciudad”. Gertrude Morris, “The Early History of Christian Science Work in Florence, Italy,” págs. 1—3. Manuscrito de los Archivos de La Iglesia Madre, págs. 1. A través de un cajero que conocía a la Sra. Morris porque era clienta de esa empresa financiera, la joven pudo comunicarse con esa señora, quien gustosamente le ofreció ayuda y en pocos días la Srta. Wiener pudo reanudar sus lecciones de piano. “Cuando quienes vivían en la misma pensión con la joven vieron su pronta recuperación, le preguntaron qué medios había utilizado y ella con mucho entusiasmo y gratitud les recomendó el tratamiento en la Christian Science. En las próximas dos semanas se produjeron otras curaciones...” Una de ellas fue la curación de la forma de herpes “más grave que existe”. La curación fue muy importante para esta persona porque su “madre y dos hermanas habían fallecido debido a los efectos de esa misma enfermedad”. Ibid.
Por un tiempo, las reuniones que se celebraron fueron informales, aunque asistía tanta gente que ya casi no entraban en la sala de la Sra. Morris. Para 1910, hubo suficiente gente interesada como para establecer una Sociedad de la Christian Science en Florencia. Para 1922, la Sociedad pudo reorganizarse y se transformó en Primera Iglesia de Cristo, Científico, Florencia.
El Heraldo llenó un gran vacío moral y espiritual.
Otra historia inédita es la de Cosetta Gamannoci, Secretaria de dicha iglesia, quien cuenta cómo era la vida durante la Segunda Guerra Mundial.
“Durante las dos guerras mundiales, los servicios fueron descontinuados, pero la iglesia se mantuvo activa ayudando a los refugiados, a los pobres y a los soldados que estaban en el frente”. La Sra. Gamannoci dice que durante la guerra este trabajo lo realizaron dos mujeres de la nobleza: la Baronesa Formosa y la Marquesa Bettini, quienes, a pesar de lo que la Gestapo las hizo sufrir en [los campos de internación], hicieron todo lo que pudieron por aquellos que regresaban del frente, y hubo muchas curaciones. “Cuando los aliados entraron en Florencia, los soldados que eran Científicos Cristianos encontraron consuelo en la iglesia de la Via della Spada, la fortaleza más antigua y fuerte de la Christian Science en Italia, y ciertamente ninguno de ellos podrá nunca olvidar ese 28 de septiembre de 1944, cuando se celebró el servicio para reabrir la iglesia”. Historical Sketch por Cosetta Gamannoci, Manuscrito de los Archivos de La Iglesia Madre, pág. 1—3.
En la Europa de posguerra, era obvia la necesidad de tener literatura religiosa que pudiera alentar a la gente y alimentarla espiritualmente. Tanto Alemania, que ya tenía la edición del Heraldo, como Italia, que no la tenía, fueron devastadas por la Guerra. Y en una especie de “Plan Marshall religioso”, La Sociedad Editora de la Christian Science comenzó a considerar la posibilidad de responder a sus necesidades.
Inmediatamente después de la Guerra, La Iglesia Madre había sido muy activa al enviar paquetes de alimentos y ropa a los miembros de la iglesia en Europa, y eso había sido una enorme ayuda. No obstante, además de las necesidades humanas, parecía existir un gran vacío moral y espiritual cuando la gente trató de encontrar un propósito y valor en la vida en momentos en que tantos seres queridos y lugares familiares habían desaparecido.
Los funcionarios de La Iglesia Madre habían seguido muy de cerca los sucesos de la Guerra, y puede que esto haya llevado a que se recomendara la producción de más literatura en italiano. Por un tiempo la escasez de papel y personal debido a la guerra, fue un problema. Entonces en 1950, Bjarne V. Bøckmann, gerente del Departamento de Traducciones de La Sociedad Editora de la Christian Science, propuso agregar el italiano a un Heraldo ya existente. La edición trimestral en español incluía varios artículos en portugués, y puesto que la raíz común de esos idiomas, así como del italiano, es el latín, se pensó que un lector diligente podría obtener algún mensaje de todos ellos.
“La gente acepta lo que se le da en su propio idioma”.
Se tuvieron que agregar ocho páginas para acomodar el nuevo idioma, pero ese cambio no era lo mismo que publicar un Heraldo nuevo e independiente, y fue rápidamente aprobado. La primera edición en español-portugués-italiano apareció en Julio de 1951.
Si bien este material adicional en italiano fue recibido con mucha gratitud, pocos años después, en abril de 1954, La Junta Directiva de la Christian Science le pidió a la Administración Fideicomisaria que estimara el costo de producir los Heraldos por separado en los distintos idiomas en lugar de hacer ediciones multilingües.
Las tratativas continuaron por varios años mientras los Fideicomisarios trabajaban para encontrar formas de reducir los costos. George Nay, quien asumió el puesto de Redactor Adjunto de los Heraldos el 1° de enero de 1958, encabezó una campaña para la publicación de Heraldos individuales, con la propuesta de que todos se publicaran cada tres meses y fueran de tamaño más pequeño. Esto permitiría mantener bajos los costos.
En los números de septiembre y octubre de 1958 del Journal, fueron anunciadas las nuevas ediciones independientes en italiano, español y portugués, y el primer número de cada uno de ellos apareció en enero de 1959. Aunque eran más pequeños de tamaño, cada uno incluía una selección de artículos, un editorial y varios testimonios de curaciones. Una gran ventaja era que las selecciones para estas ediciones podían hacerse para responder a las necesidades específicas de cada área del idioma. Cuando apareció la traducción al italiano de Ciencia y Salud en 1960, el campo espiritual ya había sido bien regado para el mismo mediante el trabajo que se hizo para publicar el Heraldo.
Desde entonces, se ha hecho un constante esfuerzo por elegir artículos para la edición en italiano que respondan a las necesidades específicas de los miembros de la iglesia y otras personas interesadas en la espiritualidad. Tanto la edición holandesa como la italiana han sido rediseñadas varias veces, y durante la década de 1990 se quitaron las páginas en inglés — que habían sido el modelo de todos los Heraldos hasta ese momento — para permitir que hubiera más contenido en su idioma para los lectores italianos.
El resultado ha sido una revista que sigue la percepción que los Directores mencionaron en la declaración publicada en el primer número de la edición en holandés: “La gente de cualquier nación acepta inmediatamente lo que se le da en su propio idioma”. Escrito en varios idiomas, la verdad espiritual ofrecida en cada edición del Heraldo demostró en cada número que la Christian Science es mucho más amplia que una iglesia en particular, y va definitivamente mucho más allá de las fronteras de una nación. Su toque sanador puede bendecir a cualquiera en la tierra — en cualquier lugar y en cualquier momento — donde se necesite ayuda.
[El próximo mes: Desde España hasta el Cabo de Hornos — Habla el Heraldo en español]
Sucesos mundiales en sinopsis
1930 fue una década de política y guerra en la que las fronteras nacionales fueron trazadas y retrazadas. No obstante, en medio de la carrera armamentista y de todos los tumultos, hubo pensadores espirituales que estaban observando y actuando para ayudar a un mundo que lo necesitaba.
1930
• Seria depresión económica en Occidente; más de 20 millones de personas sin empleo.
• Se publica el Heraldo escandinavo.
• Se descubre el planeta Plutón.
1931
• Japón se apodera de la provincia china de Manchuria.
• Se establece el Commonwealth británico.
• Se completa la primera línea de ferrocarriles trans-africana (Benguella-Katanga).
• Se publica el primer Heraldo en holandés.
1932
• Hambruna en la Unión Soviética.
• Desaparece la Zuider Zee, una bahía grande de los Países Bajos; posteriormente se colocó una represa y se drenó el lugar para agregar 710 millas cuadradas al país.
• James Chadwick descubre el neutrón.
1933
• Hitler es nombrado Canciller alemán y se le otorgan poderes dictatoriales.
1935
• Las tropas de Mussolini invaden Etiopía.
• Robert Watson comienza su investigación de la onda hertziana que llevaría a la construcción del primer sistema eficaz de radar.
1936
• Jesse Owens, estadounidense de color, gana cuatro medallas de oro en las Olimpíadas celebradas en Berlín, Alemania.
1937
• Japón inicia la Guerra contra China; este conflicto pasa a formar parte de la Segunda Guerra Mundial.
• Se produce la primera transmisión por radio a nivel mundial cuando Jorge VI es Coronado Rey de Gran Bretaña.n
• Amelia Earhart desaparece en el Pacífico durante su intento de volar alrededor del mundo.
1939
• Soldados italianos se apoderan de Albania.
• Alemania invade Polonia; comienza la Segunda Guerra Mundial.
• Termina la Guerra Civil Española que había comenzado en 1936.