Yo soy de Perú, y el año pasado cursé el séptimo grado en una escuela pública en la ciudad de Boston, en los Estados Unidos. Para mí fue un cambio muy grande. Además de la diferencia de idiomas, la escuela era mucho más ruidosa y los chicos se preocupaban más de su apariencia y de la forma en que se vestían, que en Perú.
Un día, fui al colegio con la misma ropa del día anterior para ahorrar un poco. Yo tenía que pagar para lavar mi ropa en el edificio de al lado. Un niño se escandalizó de verme con la misma ropa y me dijo que fuera más considerado; yo le respondí que tenía una buena higiene, que no había nada de malo y que mi ropa no estaba en tan mal estado. Pero él empezó a contarle esto a todo el mundo y los chicos en la clase empezaron a decirme que yo era una persona sucia, que era muy tacaño en hacer tal cosa por ahorrar $1, 25 y no me querían aceptar como amigo. Yo no sabía qué hacer y me quedé callado.
Otro día un chico me agarró mi bebida e hicieron un gesto vulgar con ella, y por último me amenazaron con pegarme. Felizmente nada sucedió. Me sentí humillado y tuve que controlarme para no pelear y hacerle daño a alguien.
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