Nuestro lugar en la vida, ¿acaso depende de la familia en la que hemos nacido, de nuestro entorno, de las amistades, o de cómo nos sonría la suerte? En un principio puede parecer así, pero para mí en realidad depende de nuestra verdadera identidad y podemos empezar a descubrirla mediante una visión más espiritual y elevada de la vida.
Quizás éste sea un buen momento para empezar y decidirnos a explorar nuevos pensamientos; a investigar nuevas ideas que nos permitan obtener una comprensión más correcta de la vida, de quiénes somos, de cuál es nuestro lugar. Estas ideas nos ayudan a familiarizarnos con el bien y a demostrarlo día a día; incluso cuando la situación no nos permite elevar nuestra mirada y dirigir nuestros pensamientos por nuevos cauces.
Estudio en la Universidad de Alicante, España, y podría decir que el lugar que ocupamos los estudiantes en la sociedad encierra un montón de expectativas. Nuestro compromiso debe ser de formarnos con el propósito de aprender a ser útiles a la sociedad y a nosotros mismos; y así apoyar y contribuir al desarrollo, bienestar y adelanto de la humanidad. En realidad, todos nos esforzamos por hacer bien las cosas, por ayudar y aprender a resolver problemas, tener buen éxito, expandirnos y hacer del mundo un lugar más bello y mejor.
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