EN AÑOS RECIENTES, se ha observado el creciente deseo de recurrir a cierta forma de pensar, actuar y razonar. Algunas personas aspiran a tener una vida más simple y tranquila. Muchos lo definen como una creencia en un poder más allá de uno mismo, aunque no estén hablando necesariamente del Dios de la religión tradicional. Otros lo describen como admiración y asombro por el universo. Se trata de una exploración de la espiritualidad.
La gente está descubriendo que la espiritualidad no es para unos pocos, sino que todos la poseen y se pueden beneficiar cultivando su propia e inherente espiritualidad. De hecho, este enfoque ha demostrado ser muy eficaz para encontrar soluciones a todo tipo de preocupaciones: desde la pérdida de relaciones, pasando por el terrorismo, la añoranza por el hogar, el escepticismo, la guerra e incluso la enfermedad.
Si bien la búsqueda de espiritualidad no es nada nuevo, vale la pena hacer notar la intensidad que ha alcanzado hoy en día. Es más, la tendencia de interesarse vivamente en la espiritualidad y hablar de ella, aumenta considerablemente en el ámbito universitario. Desde los alumnos que acaban de ingresar, hasta los profesores numerarios, pasando por todos los que están entre ellos, sienten que la vida universitaria les ofrece una atmósfera donde se expande la comprensión y se exploran y debaten con entusiasmo nuevas ideas.
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