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La curación metafísica

¿Cómo estás orando por la libertad de la humanidad?

Del número de julio de 2003 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Entrevista a tres practicistas y maestros de la Christian Science, quienes compartieron sus pensamientos y experiencias al observar el mundo que los rodea. Como cada uno de ellos proviene de regiones muy diferentes, abordaron el tema de distinta manera.

La libertad es posible, imperiosa y sostenible

Toma una pelota flexible y apriétala; luego, afloja la presión, y la pelota regresará a su forma natural. De la misma manera, saber que la opresión no puede cambiar el verdadero estado del hombre y la mujer de la creación de Dios, inspira mi esperanza y modela mis oraciones por la libertad de la humanidad en toda la tierra.

Claro que las personas no son pelotas de goma, pero encuentro que la comparación es útil para recordarme que el estado original de la humanidad es la libertad de toda opresión, y que la dominación de cualquier tipo no puede dejar una huella permanente. Para mí, esto puede ser más fácil de ver porque vivo en un país reconocido por su libertad individual. Sin embargo, me estoy dando cuenta de que mi libertad no es completa ni está segura mientras otros sufren bajo el despotismo. Y esto me obliga a orar por los que están atrapados en situaciones políticas difíciles.

Yo oro considerando dos aspectos. El primero es que todos fueron creados por Dios e intuyen espiritualmente que tienen el derecho de ser libres. Recuerdo que cuando era niña, quería ir a otros países y convertir a la gente al cristianismo para que pudieran tener la maravillosa base que ofrece para la justicia y la libertad. Con el tiempo, me di cuenta de que no tenía que llevar al Cristo a otro país; mi misión era saber que el Cristo, por ser la manifestación de Dios, ya estaba presente allí destruyendo la opresión. Para realmente reconocer esto, tenía que mantener en el pensamiento que sólo Dios es la fuente perdurable de libertad.

Actualmente, mis oraciones consisten en regocijarme constantemente al saber que el hombre y la mujer ya son libres. En el libro Ciencia y Salud dice lo siguiente: “Al comprender los derechos del hombre, no podemos dejar de prever el fin de toda opresión. La esclavitud no es el estado legítimo del hombre. Dios creó libre al hombre".Ciencia y Salud, pág. 227. No importa cuán corrupto o represivo sea un gobierno, cada persona tiene el derecho a la libertad. Las oraciones y las acciones responsables ayudan a hacer valer este derecho a la libertad.

El otro aspecto que considero cuando oro, es que todos los líderes del mundo tienen la capacidad de expresar sabiduría. Esto incluye tanto a los dictadores como a los que están decididos a derrocarlos. Hay cambios de regímenes todo el tiempo; algunos son más pacíficos que otros, y algunos son más progresistas que otros. Sin embargo, la invocación de la ley divina puede ayudar a asegurar que los cambios sean positivos, para que los países y sus habitantes no pasen a un nuevo estado de servidumbre. Debe producirse una genuina transformación espiritual para que la gente exprese su inherente libertad espiritual.

“La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma”, Salmo 19:7. dice el salmista. Esta clase de conversión, que no depende de denominaciones religiosas, sino de la bondad y sabiduría de Dios, puede cambiar los planes y los rumbos en las naciones y en la vida de los individuos. Jesús dejó claro, por medio de sus parábolas sobre la naturaleza del reino de los cielos, que sus seguidores habrían de demostrar la posibilidad de establecer ahora este reino describen acciones específicas que se deban realizar, sino que definen la constitución moral de los gobiernos justos. La epístola de Santiago en la Biblia habla de “la sabiduría que es de lo alto”, y que es “primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía”. Santiago 3:17. Esta sabiduría es una guía en la que se puede confiar.

No es necesario asumir una posición en cuanto a la antigua polémica sobre si la libertad existe sólo para disfrutarla, o si es otorgada para que la gente mejore; en realidad, es para ambas cosas. Estando libre de limitaciones antinaturales, la humanidad tiene la oportunidad de lograr y mantener gobiernos en los que los individuos son libres para alcanzar su plena manifestación del bien. Hoy, más que nunca, es imperioso establecer gobiernos justos; y esto exige diligencia y oración.

El hecho maravilloso de que la oración es respondida, asegura a todos que la opresión finalmente cesará. Y la humanidad encontrará su verdadero estado natural de libertad, sin quedar impresionada ni marcada por el yugo antinatural de la tiranía.


La libertad es un derecho

La libertad es un derecho que todos tenemos desde que nacemos. Es un don que Dios ha dado a todos, no importa dónde estén. Pero es importante aceptar este don con gratitud, usarlo, y tener la certeza de que va a bendecir a todos.

La opresión es el resultado de la ambición de poder para beneficio personal y del temor de que la libertad de otros impedirá al opresor obtener ese poder. El egotismo y la codicia son elementos de la opresión, por eso a los tiranos les gustaría ser amos de todo lo que dominan.

Sin embargo, una y otra vez la Biblia declara que el poder le pertenece a Dios, y a nadie más: “Una vez habló Dios; dos veces he oído esto: que de Dios es el poder”. Salmo 62:11.

El poder es una cualidad que sólo le pertenece al Creador, y no lo comparte con nadie. Sin embargo, cada individuo es la creación de Dios y tiene el poder de obedecer Sus mandamientos, de vivir una vida de bien, de expresar amor, bondad, paciencia y sabiduría.

Dado que Dios es omnipotente, el Amor divino es el único poder. El odio no tiene poder, y no perdura. Mary Baker Eddy dice en Ciencia y Salud: “El Amor tiene que triunfar sobre el odio”.Ciencia y Salud, pág. 43. Ésta es una verdad — es un hecho — y es necesario creer en ella. Conforme se haga esto, la gente verá el efecto de esta verdad en su vida.

He aquí un pequeño ejemplo: en una ocasión, alguien estaba furioso conmigo porque yo no quería hacer algo que sabía que estaba mal. Vino a mi casa, y ¡me amenazó con hacerse cargo de mi funeral! Su rostro estaba rojo de furia. Al principio me desconcertó, pero luego recordé una frase de Ciencia y Salud que me ayudó: “El Amor jamás pierde de vista a la hermosura”. Ibid., pág. 248. Me di cuenta de que Dios, el Amor, no estaba viendo a este hombre enojado, sino expresando amor, y que esto era lo único que yo podía ver. Inmediatamente desapareció el temor, él se fue y ya no me volvió a molestar.

La opresión puede mostrar muchos disfraces. Quizás haya dominación en el hogar, en el trabajo, en un país o dentro de un grupo de naciones. A menudo, los que oprimen a las personas tratan de imponer su voluntad a los demás usando la fuerza y la violencia. Éste es un comportamiento cobarde, porque los opresores generalmente se aprovechan de los que son más débiles que ellos.

La cobardía no es una cualidad de Dios, así que no forma parte de Su creación. El valor y la fortaleza son cualidades espirituales que todos los hijos de Dios manifiestan. Hay muchos relatos de personas de todo el mundo que por lo general no hubieran sido considerades como héroes, pero que mostraron gran valor en momentos cruciales. Ellos estuvieron a la altura de las circunstancias porque confiaron en Dios.

Aunque a veces parezca difícil, el perdón es frecuentemente la clave para armonizar las relaciones humanas y también es importante para establecer la paz entre las naciones. Sólo cuando todos han perdonado, pueden las partes empezar a construir sobre una nueva base, y progresar. En realidad, nadie puede “ajustar cuentas”; es labor de Dios dar justicia a todos. Las personas pueden equivocarse, pero Él no. El salmista dice: “Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan”. Salmo 86:5. Cuando la gente da cabida al perdón en su corazón, puede confiar en que habrá curación en su país y en el resto de las otras naciones.

Ésta es la base de mi oración como ciudadana de la India al considerar el actual conflicto entre mi país y Pakistán.

No es justo ni normal que alguien sufra la opresión ni que deba estar bajo la dominación de otro. La gente tiene el mismo derecho a ser libre como lo tiene a respirar. El poder de Dios nos asegura esta libertad.


Cara a cara con la opresión

Siendo un habitante de Berlín me he visto frente a muchos tipos de opresión: guerra, falta de dinero, el bloqueo de Rusia a Berlín Occidental y el muro de Berlín.

En una época de muchos apremios, cuando mi padre falleció y perdimos nuestros recursos económicos, un vecino nos dio un ejemplar de Ciencia y Salud. Este libro cambió nuestra vida; nos enseñó el camino a la libertad, sacándonos de una vida que estaba bajo la sombra de la opresión; logramos encontrar realización, salud y un mejor control de nosotros mismos. Además, aprendí a cuestionarme a mí mismo con preguntas como: ¿En qué medida la opresión que hay en mi vida la causo yo mismo? ¿Oprimo de alguna forma a los demás? También, con preguntas como: ¿Qué puedo hacer para corregir esto y establecer la libertad? Y, ¿qué es la libertad?

Ciencia y Salud abrió para mí una perspectiva espiritual totalmente nueva. Aprendí que la libertad, individual y colectiva, sólo se puede experimentar al comprender y vivir las leyes espirituales de Dios, que es Amor; y al obtener un concepto más espiritual de mí mismo y de los demás. El liberarse de la opresión es más que obtener una libertad política; es estar libre de sentimientos destructivos como el odio, la envidia y la competencia despiadada.

A medida que aprendía esto, me daba cuenta de que tenía que derrumbar los muros de limitación, que había levantado en mi pensamiento al aferrarme a un concepto falso de quién era yo. Paulatinamente fui viendo la verdadera identidad de los demás, y la mía propia, como la expresión de una fuente común que es Dios. Me fui liberando de los prejuicios y de la discriminación contra personas, razas, naciones y profesiones, que son la causa de tantas divisiones y guerras. Así que, cada vez que encontraba a la policía de Alemania Oriental en la frontera, afirmaba en el pensamiento que todos vivimos en Dios. Esto me protegió a mí y a mi familia.

Un día mi esposa y yo tuvimos que ir de Berlín del Oeste a Alemania Occidental, pero el camino cruzaba por Alemania Oriental. En la frontera de este país fuimos detenidos por la policía, y tuvimos que permanecer allí muchas horas. Los policías eran suspicaces, y revisaron todo para ver si encontraban un refugiado escondido en el auto, o propaganda prohibida que pudiéramos intentar distribuir en Alemania Oriental.

Yo llevaba portafolio con mi trabajo profesional; en él, un policía vio un libro que yo había escrito y diseñado para el Senado de Alemania Occidental, lo tomó y se retiró. Después de media hora regresó con otro colega que con recelo miró el resto del material, y vio todos los trabajos que había hecho para mis clientes — gobiernos, partidos políticos, empresas internacionales, estaciones de televisión — y una conferencia de la Christian Science titulada “Reclama tu libertad”.

Los dos hombres desaparecieron con el material por una hora. Generalmente, las personas en una situación así estaban completamente a merced de estos policías, y subordinadas a la interpretación tendenciosa del material, que éstos tuvieran. Era una situación peligrosa, y uno nunca sabía qué medidas tomarían. Mi esposa y yo inmediatamente oramos para liberarnos del temor y de la indignación que sentíamos por esta injusticia.

Entonces comprendí que no hay muros entre los hijos de Dios. La realidad de Dios — el Amor — es la unicidad de toda la creación en la única fuente infinita. Realmente me embargó un amor fraternal. También pensé en estas palabras de Mary Baker Eddy en Ciencia y Salud: “No existe poder aparte de Dios. La omnipotencia tiene todo el poder, y reconocer cualquier otro poder es deshonrar a Dios”.Ciencia y Salud, pág. 228.

Después de una hora, los policías regresaron y me pidieron que los siguiera; me estuvieron interrogando con suspicacia por media hora, y yo les hablé sobre el impacto liberador que la Christian Science había tenido en mi vida. Ellos se interesaron mucho en el tema, y cuando finalmente me dejaron ir — después de otra hora de llamadas telefónicas y de discutir mi “caso” —, les dejé Ciencia y Salud arriba de la mesa.

Esta experiencia me demostró que las personas no tienen que sufrir la opresión interna ni externa. Todos somos uno con Dios, que es Vida, y tenemos todo lo que necesitamos para ser libres.


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