Pocas cosas son tan naturales como encender la radio o la televisión para escuchar las últimas noticias. ¿Qué pasó en la ciudad o en el mundo? ¿Quién ganó el partido? ¿Cómo va a estar el tiempo hoy?
Pero para muchos, las cosas han cambiado. No encienden la radio para averiguar lo que ocurre, sino para saber si está todo bien. Tienen una persistente sensación de inquietud y temor que nunca antes habían sentido. Y en otras partes del mundo, la gente dice: “Usted sabe lo que hemos tenido que enfrentar por años”.
Este temor tan desgastante indica la necesidad espiritual de encontrar una base para sentirse seguro más sólida que la de comprar equipos de supervivencia, tener más policías en los aeropuertos, o instalar máquinas y perros para detectar sustancias químicas y bombas, por más importantes que éstos sean. Las preguntas prácticas que habría que plantearse son: ¿Cómo puedo estar más seguro? ¿Cómo puedo mantener segura a mi familia?
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