Hola, me llamo Sarwan, y quiero contarte una curación que tuve.
Un día muy soleado, estaba andando en bicicleta en una pista especial con mi amigo Brendon. No vi que delante de mí había dos montículos dobles. Salté el primero y caí abruptamente sobre la rueda de adelante. Al hacerlo me golpeé la nariz contra el cuadro de la bicicleta y comencé a sangrar mucho.
Fui de inmediato a donde estaba sentada mi mamá y ella me ayudó a limpiarme. También comenzamos a orar. Pensamos en Dios y en que yo era Su hijo. Por eso, yo expresaba la alegría de Dios y estaba a salvo. Después hablamos sobre “la declaración científica del ser” de la página 468 de Ciencia y Salud. Una línea de la misma dice que “Dios es Todo-en-todo”. Esto me recordó que Dios estaba siempre conmigo. Que Él me estaba cuidando. Muy pronto mi nariz dejó de sangrar y me sentí muy bien.
Pero al día siguiente tenía la nariz hinchada y muy azul. Mamá decidió llevarme a ver a un médico para que nos dijera si estaba todo bien. El doctor me dijo que me había roto la nariz, entonces hizo una cita para que me viera un especialista. Yo quería seguir orando, entonces cuando regresamos a casa le pedí a un practicista de la Christian Science que orara por mí. Continué afirmando que era espiritual y que Dios me había hecho perfecto. Nunca había estado fuera del cuidado de Dios. Estos hechos no podían cambiar. Mamá oró de este modo también.
Cuando fui a ver al especialista en el hospital, me miró y le dijo a mi mamá: “¿Le parece a usted que esta nariz está torcida?” Mamá le contestó que a ella no le parecía torcida. Y él agregó: “¡Más derecha que esto no puede estar!” No tuvieron que hacerle nada a mi nariz. Estaba sano. Al salir del hospital, mi mamá y yo Le dimos gracias a Dios. Estoy muy contento de que Dios esté siempre presente.
