Hace 27 años que estudio la Christian Science y he tenido muchas curaciones, pero me gustaría contarles una que significó mucho para mí. Yo sufría de un recurrente problema intestinal que me provocaba ataques de diarrea que duraban muchos días, a consecuencia de los cuales perdía peso y quedaba exhausta.
Cada vez que tenía esos ataques yo oraba y pedía ayuda mediante la oración a un practicista de la Christian Science. Luego todo pasaba y recuperaba mi peso. Pero pocos meses después el problema volvía a repetirse.
La cuarta vez que ocurrió esto los síntomas fueron particularmente violentos. Mis hijos se asustaron mucho y me pidieron que fuera a ver a un médico. Sin embargo, yo estaba segura de que el problema sólo se sanaría verdaderamente por medios espirituales. Había aprendido a través de mi estudio de la Christian Science — y ya había probado en mi vida — que es muy importante lo que uno piensa. Cuando se necesita curación, es requisito mejorar el pensamiento.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!