En marzo de 1857, cuando las brisas del invierno tardío peinaban las copas de los árboles de Nueva York, una mañana, la gente del barrio textil se despertó con las protestas de un grupo de trabajadoras del vestido. Estas mujeres salieron a la calle para protestar por los bajos salarios y las condiciones inhumanas de trabajo.Fuente: El Ciberbús escolar, una página Web de las Naciones Unidas. Y eso no terminó ahí.
En busca de una renovación política y social.
Dos años más tarde, pudieron formar un sindicato para protegerse y obtener algunos derechos básicos.
En marzo de 1908, quince mil mujeres marcharon nuevamente en Nueva York para obtener mejores pagas y terminar con el trabajo infantil. Este evento se llegó a llamar “la marcha del Pan y las Rosas”; el pan, simbolizando la seguridad económica, y las rosas, un mejor nivel de vida. Y eso tampoco terminó ahí.
Pocos años más tarde, éstos y otros eventos llevaron a la creación del Día Internacional de la Mujer.
Las brisas que nos traen el aroma de ese pan y de esas rosas, que renuevan la atmósfera política y social de nuestro país y que nos inspiran a reclamar el bien para nosotros y los demás, vienen de Dios. Así como ocurre en la naturaleza, de similar manera ocurre en nuestro pensamiento. Estas brisas no sólo pasan por las copas más altas de los árboles, sino que se escurren hasta por las hierbas más pequeñas que crecen humildemente cerca de sus raíces. Y así obra la espiritualidad con que Dios nos abraza.
Este Heraldo llega a sus manos hoy para mostrarle además que hay una espiritualidad básica que satisface nuestros anhelos y nos lleva a invalidar las limitaciones de la vejez. Ejemplos de los efectos de esta espiritualidad se ven en este número en una esposa que fue injustamente acusada de varios delitos, en una madre que fue abusada mental y físicamente, y en relatos de mujeres que continúan manteniéndose activas en la tercera edad.
Esperamos que los relatos de curaciones le muestren el efecto tan claro que la espiritualidad tiene principalmente en nuestra salud. La sección “Cuando sólo el Espíritu sana” habla de curaciones de depresión y de la imposibilidad de tener hijos, y de bultos en el pecho.
La curación espiritual está presente en cada una de las páginas de este Heraldo. Esperamos que pueda usted obtener el máximo provecho de este número.
Con afecto,
