Artículo de portada
Para continuar con esta sección especial sobre la Justicia que comenzamos en enero, este mes publicamos artículos en consonancia con la celebración del Mes Internacional de la Mujer.
Una ayuda de acceso directo
Alicia fue acusada de un delito que no cometió. Esto la llevó a buscar ayuda en Dios y cuando un día encontró el libro Ciencia y Salud en la pequeña biblioteca de la prisión, su destino cambió. Lo que sigue es una entrevista que el Heraldo le hizo un tiempo atrás.
Alicia Sánchez Álvarez
- Jalisco, México
Del número de marzo de 2004 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana
En un principio no entendía este libro, y sólo me aferraba a las palabras. Pero después, al estudiarlo más profundamente y comprenderlo mejor traté de llenarme de amor. Entendí que ésa era la base, sentir amor y respeto por todo y agradecer esa bendición que estaba recibiendo.
¿Qué cambios observó estando en el reclusorio?
Desde que empecé a leer Ciencia y Salud noté un cambio en mis hábitos alimenticios, en las funciones de mi organismo, en mi carácter, en todo. Me ayudó a superar problemas de bulimia, anorexia y adicción al tabaco, a los que había recurrido por el vacío y la soledad que sentía.
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