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Para niños

nuestro Heraldo

¡Aquí encontrarás algunos relatos de curación de niños como tú!

Del número de marzo de 2004 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Sané muy pronto

Un día estaba jugando con mis dos hermanos con una cuerda afuera en el jardín, cuando de repente la cuerda me raspó muy duro el cuello.

Al principio me puse a llorar porque estaba sangrando y me dolía muchísimo. Me fui corriendo a ver a mi mamá. Ella me limpió la herida y me habló acerca de Dios. Me dijo que Él estaba siempre conmigo, incluso en ese momento. Y que Dios sólo tenía preparado el bien para mí. Que no importaba lo que había ocurrido, porque por ser el hijo de Dios yo era perfecto y no me había lastimado. Me tranquilicé y ya no me salía sangre.

Más tarde, ese mismo día, fui a mi clase de natación. Aunque cuando me metí en el agua la herida todavía me dolía, yo sabía que Dios me estaba protegiendo y manteniendo a salvo. Y pude nadar sin ningún problema.

Al día siguiente, algunos compañeros de la escuela notaron las marcas que tenía en el cuello e hicieron algunos comentarios, pero yo acepté sólo los buenos pensamientos que venían de Dios. Sané muy pronto.


Oramos por Anny

Tenemos un conejito de Indias que se llama Anny. El otro día, de pronto se le hinchó tremendamente un ojo. Anny mantenía su cabeza torcida y comía muy poco. Para saber qué le ocurría la llevamos al veterinario. Él pensó que lo más probable era que tuviera un tumor. Nos dijo que si la condición no mejoraba, en una semana la tendrían que sacrificar.

Empezamos a orar de inmediato, de la siguiente manera: “Anny es una idea espiritual y perfecta creada por Dios. En la perfección de Creador ella está totalmente protegida de todo tipo de enfermedades. Dios es Amor y le da todo el bien a Anny”. Mamá también oró. Ella nos dijo que Anny sólo estaba sujeta a la ley del Amor. Y la ley de Dios nunca permitiría que ella sufriera o estuviera enferma. Este pensamiento calmó nuestros temores.

Continuamos orando. Después de varios días, nos dimos cuenta de que Anny estaba mejorando. Tenía el ojo casi del tamaño normal otra vez. Hoy es la misma de siempre. Estamos muy contentos de que esté sana.


Mi mejor amigo

Siempre que necesito ayuda se lo digo a mi mejor amigo. Él siempre me responde, ya sea en los exámenes, o si mi mamá no está alegre, o mi hermana o mi papá no están bien yo se lo digo en oración a mi amigo Dios, y Él todo lo arregla. Sé que puedo confiar en Él, porque está siempre conmigo.

Cómo me ayudó Dios

En una ocasión al levantarme en la mañana no me sentía bien y me dolía la garganta. Mi mamá me dijo que leyera “Mi Heraldo” para que entendiera cómo Dios ayuda a todos los niños que oran a Él. Y así lo hice y ya por la tarde estuve bien.

Poema

Dios es mi mejor poema,
es mi luz, es mi sol.
El Señor es mi pastor
que me protege en Su amor.

Estos 3 escritos son de

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