Hace poco, atravesaba por una crisis depresiva bastante fuerte, con una dosis de tremenda inseguridad en el futuro. Por momentos pensé que todo había terminado para mí. Mi hermana, en ese momentos unida al padre de sus hijos, tomó una decisión que se convirtió en una ruptura casi total con los vínculos familiares.
Jamás imaginé que un libro pudiese transformar la vida de la gente...
Entonces, un día, entré en una Sala de Lectura de la Christian Science para saludar a otra amiga que trabaja allí. Ella, bondadosa y comprensiva, con palabras amables y una gentileza sin igual, atendió mi ruego y escuchó mi relato, el cual le pareció sumamente crudo y una carga demasiado fuerte para soportarla yo solo.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!