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Mi vasija de aceite

La lucha de una mujer para desarraigar el odio

Del número de abril de 2004 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


En la vida de Ana todo andaba muy bien. Tenía un prominente negocio, su marido, sus hijos, su familia. No obstante, todo se desmoronó cuando descubrió que su esposo le era infiel. Fue entonces cuando los negocios comenzaron a irle mal, se llenó de deudas, sus hijos eran pequeños y se encontró sola para enfrentar todos esos desafíos. En esta entrevista con nuestra corresponsal Ana Pannunzio cuenta en qué se apoyó para superar sus dificultades y salir adelante en medio de la crisis.

Ana, todo iba a la perfección en tu vida, ¿qué ocurre cuando, de pronto te das cuenta de que, en un momento, todo ha cambiado?

Como dices, en mi vida aparentemente, todo funcionaba bien, tenía tres negocios, un pequeño taller de costura, mi marido, mi familia. Pero todo se desmoronó cuando descubrí que mi esposo me era infiel. Me sentí muy mal, tenía mucha angustia, rabia y no sabía cómo enfrentar el problema. Fue un momento de mucho caos en mi hogar, cualquier conversación era un cortocircuito, todo molestaba. Necesitaba desahogarme de alguna manera y no tenía cómo. En esos momentos de confusión el libro Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras fue mi apoyo y sostén, me ayudó a encontrar paz y la solución a mis problemas.

¿Exactamente cómo te ayudó la lectura de este libro?

Como pasaba noches enteras sin dormir, leía Ciencia y Salud de día y de noche, y esa lectura me tranquilizaba. Cuando sentía que podía venirse el mundo abajo, tomaba el libro y me inundaba una profunda paz. De hecho, en una ocasión, mi ex marido me contestó mal y empezó a agarrar la ropa y a tirarla al piso. ¡Parecía que la casa se venía abajo! En medio de los gritos, tomé Ciencia y Salud y empecé a leer. Él gritaba, tiraba la ropa, la pateaba, y yo leía, no escuchaba nada, me concentraba en la lectura; luego de un rato se fue y la paz retornó. Aprendí que en esos momentos Dios no me dejaba sola y su Amor me rodeaba, podía venirse todo abajo, pero esas ideas me brindaban tranquilidad.

¿Qué sucedía con tus hijos en ese momento?

Ellos estaban asustados, querían que mi ex marido se mudara de nuestra casa. Tardamos algún tiempo en divorciarnos, ya que en principio yo oraba para que todo mejorara. Pero él estaba con otra mujer y luego venía a casa. El apoyo de mis hijos fue muy importante para que yo tomara una decisión terminante. Entonces un día fui al taller de costura donde él trabajaba, llevé su ropa y le dije: "¡No vengas a vivir más a casa!" Desde ese día él no vino más.

En principio mencionaste sentimientos de rabia y angustia, frente a esta nueva situación que viviste ¿qué hiciste para librarte de ellos?

Tengo un ejemplo que lo manifiesta claramente. Aunque había estado aprendiendo nuevas ideas acerca de Dios y Su cuidado, durante mucho tiempo tuve rencor, rabia, angustia. Pero yo no me daba cuenta de que eran esos sentimientos hasta que me apareció un sarpullido en la piel. Luego de padecer esta enfermedad durante un tiempo, decidí pedir ayuda mediante la oración a una practicista de la Christian Science. (Los practicistas son personas que dedican su tiempo a ayudar a otros a través de la oración.) Cuando le comenté acerca de la erupción, ella me mostró de manera práctica lo que sucedía. Hizo dos listas, una tenía la palabra "amor" y la otra la palabra "odio". Luego me preguntó qué me pasaba. "Tengo mucha rabia", le respondí. "¿En qué lugar escribimos 'rabia', en la lista de 'amor' o en la lista de 'odio'?", preguntó. Y yo la escribí en la lista de "odio". "¿Qué más sientes?" me dijo. "Quiero saber por qué me pasan todas estas cosas precisamente a mí", respondí. "¿En qué lugar escribimos ese sentimiento?", inquirió. Y continuó haciéndome preguntas.

Al finalizar, la lista de la palabra "odio" contenía unas 12 palabras y en la lista de "amor" no había ni siquiera una escrita. Luego reemplazó cada palabra de la lista de "odio" por una cualidad que escribió en la lista de "amor". Por ejemplo reemplazó la palabra "rabia" por la palabra "templanza", hasta que completó de esa manera la lista de "Amor". La erupción desapareció al día siguiente. Todos esos sentimientos habían permanecido ocultos en mí y se manifestaron en forma de erupción. Esa visita a la practicista me hizo ver las cosas como son, y eso me sanó.

Tenía que tomar una decisión terminante.

¿Qué ocurrió con tus negocios?

Cuando mi ex marido se fue de casa teníamos problemas económicos apremiantes, además de varias deudas y yo continué generando más aún.

Pero no tenía ningún bein para responder. Pensaba que si lograba hacer una transacción comercial solucionaría mis problemas económicos. Pero la operación no se producía y cada vez las deudas se agrandaban más y el negocio vendía menos. Esta situación continuó durante algunos años más, hasta que todo se desmoronó y tuve que deshacerme del negocio que me restaba. Estaba muy preocupada porque pensaba que me iba a quedar en la calle. Mi casa estaba embargada, el taller de costura hipotecado, y con las deudas que tenía de ambas casas no hacía una. Pensaba que con el taller como única fuente de ingresos, era imposible saldar todas las deudas. Estaba desesperada.

¿Qué hiciste entonces para mantener a tu familia?

Me puse a orar. Hubo algunas ideas que a ayudaron. Una de ellas aparece en Ciencia y Salud y dice así: "Ésta es la doctrina de la Ciencia Cristiana: que el Amor divino no puede ser privado de su manifestación u objeto; que el gozo no puede convertirse en pesar, porque el pesar no es el vencedor del gozo; que el bien nunca puede producir el mal, que la materia jamás puede producir a la mente, ni la vida resultar en muerte".Ciencia y Salud, pág. 304.

Otra idea aparece en la Biblia bajo el relato de la viuda de Sarepta, a la que un acreedor quería quitarle los hijos y llevárselos como esclavos. Ella recurrió al profeta Eliseo, quien le preguntó qué tenía en su casa, a lo cual respondió: "una vasija de aceite". Entonces él le mandó que pidiera vasijas prestadas para verter en ellas de su aceite, luego venderlo y vivir de esa ganancia. Véase 2 Reyes 4:1—7.

Esto me ayudó a ver la abundancia de aceite que yo ya tenía en mi casa y lo agradecida que debía estar. Tenía un negocio, el apoyo de mi familia y de mis hijos, y el soporte espiritual que necesitaba.

También solía pensar frecuentemente en el ejemplo de la vida de Mary Baker Eddy, autora de Ciencia y Salud y fundadora de la Christian Science. Ella enfrentó muchas dificultades cuando tenía más o menos mi misma edad, pero siguió adelante. Entre ellas, juicios, el abandono por parte de su familia y el hecho de que, mediante una maniobra engañosa, le quitaran a su hijo.

Una practicista me recomendó la lectura del Manual de La Iglesia Madre. Y yo leí algunas de las biografías de Mary B. Eddy. Estas ideas me brindaron consuelo, y la provisión para enfrentar mis necesidades siempre aparecía de algún lugar inesperado.

Luego de este estudio comprendí que mi voluntad propia, mi orgullo, me hacían pensar en que "yo" tenía que hacer esto y lo otro, para encontrar soluciones. No me daba cuenta de que es Dios quien da las soluciones, sin nuestro propio esfuerzo personal. Comencé a sentirme segura porque Dios no podía permitir que nada me faltara.

¿Cuál fue la respuesta a tus oraciones?

Muy pronto, un muchacho que trabajaba conmigo me sugirió que le dijera a una persona que me debía dinero y no tenía cómo pagarme, que viniera a agrandar el taller de costura. Este señor aceptó gustoso y pronto comenzamos las refacciones. Así, él agrandaba el taller y pagaba sus deudas; iba haciendo todo al mismo tiempo. Por ese entonces, una empresa para la que solía trabajar, cerró su taller y vendía sus máquinas de costura, y decidieron vendérmelas a mí. Compré unas doce máquinas y poco a poco fue surgiendo más trabajo. También fui tomando gente para trabajar, y pude ir pagando muchas de las deudas. A pesar de todo esto, en un momento dado los acreedores decidieron rematar una de las casas.

¿Qué ocurrió con esa casa?

Mi abogado defensor dijo que yo debía pagar una suma que era imposible de enfrentar. El remate era inminente, así que mi cuñado me ofreció su ayuda.

De común acuerdo debíamos reunirnos nos los tres, pero ese día era miércoles y había un servicio de la Christian Science en la Iglesia, y la practicista a quien le había solicitado ayuda me sugirió "vaya a negociar con Dios". Entonces fui al servicio, y mi hija acompañó a mi cuñado en mi lugar. Cuando regresé por la noche ella me sorprendió con su relato.

Mi cuñado, que es carnicero, había hecho una oferta de dinero muy acorde a lo que nuestro abogado decía que se debía pagar, pero éste no aceptó. Estuvieron discutiendo durante bastante tiempo, hasta que a mi cuñado se le ocurrió pedirle que le permitiera leer los documentos que indicaban el importe de dinero que él sugería, dispuesto por el juez.

Cuando mi cuñado leyó los documentos notó que la cifra dispuesta por el juez, era aún menor de la que él mismo había ofrecido. Mi cuñado puso esto en evidencia delante del abogado y éste se quedó frío, parecía no entender nada. Fue entonces que descubrimos que nuestro abogado se había puesto secretamente de acuerdo con el abogado de la otra parte para obtener una ganancia ilícita. Finalmente, como resultado de todo esto, al día siguiente, depositamos el dinero y todo se solucionó.

Mi cuñado me prestó el dinero y como yo tenía cada vez más trabajo, le pude pagar a él, al personal, y fui liquidando mis otras deudas. De ese modo, en cinco o seis meses terminé de pagar todas las deudas que tenía.

Muchas personas estaban muy sorprendidas de cómo había resuelto estos problemas, una de ellas comentó: "Debes de tener un Dios aparte, Anita ¿Cómo puede ser?" Yo me reía porque sé que no tengo un Dios aparte, ¡tengo al único Dios!

En este desafío la idea de que la oración neutraliza al error me ayudó mucho para resolverlo. Ciencia y Salud dice: "Mantened vuestro pensamiento firmemente en lo perdurable, lo bueno y lo verdadero, y los experimentaréis en la medida en que ocupen vuestros pensamientos".Ciencia y Salud, pág. 261.

Hoy el taller de costura prospera y tengo a varias personas empleadas que trabajan allí. En muchas ocasiones cedo trabajo a otros talleres que lo necesitan.

Mi hija finalizó sus estudios universitarios en administración de empresas y me ayuda mucho con este negocio, y mi hijo está muy feliz en su trabajo.

¿Qué otras ideas utilizas para mantener tu pensamiento elevado?

Utilizo muchas de las ideas que aparecen en la Lección-Sermón Semanal del Cuaderno Trimestral de la Christian Science. De acuerdo con el tema de la selección voy aplicando las ideas que estoy aprendiendo. La semana pasada, por ejemplo, se trató el tema "Dios preservador dor del hombre". En Deuteronomio 32:11 dice: "Como el águila que excita su nidada, revolotea sobre sus pollos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas, Jehová solo le guió, y con él no hubo dios extraño". Así como el águila excita la nidada para que sus pollos se alejen del nido y mantiene su vuelo bajo, con sus alas extendidas, así Dios nos protege. Siento mucha gratitud a Dios al comprender más y más que mi vasija de aceite está llena, y que "mi copa está rebosando". Salmo 23:5.

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