Expresar gratitud es algo cotidiano para mí. De hecho, ante el saludo común de “¿Cómo estás?”, mucha gente ha recibido mi respuesta original “¡Estoy agradecida!”, antes de preguntarles a ellos cómo están. Las preciadas declaraciones de la página 3 de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras de Mary Baker Eddy, me muestran la base espiritual de esta gratitud. ¡Te encantará descubrir esto por ti mismo!
Cuando fui consejera de libertad condicional, di un seminario sobre la gratitud al que acudieron más de cien personas que estaban bajo libertad condicional. Fue un seminario interactivo, que me sentí inspirada a desarrollar después de leer un hermoso artículo acerca de la gratitud en el Christian Science Monitor. Los participantes escribieron sus bendiciones y compartieron con los demás por qué estaban agradecidos en sus vidas. Fue conmovedor escuchar a estos hombres encontrar algo por lo que estar agradecidos, a pesar de que acababan de salir de prisión.
Para mí, la gratitud fue importante desde que era pequeña. No hay nada mejor que dar gracias a Dios, el Amor divino, por todo el bien que hay en nuestra vida, tal como protección, amistad, nutrimento —evidencias del Amor divino que satisface nuestras necesidades. Siento que estoy en mi elemento cuando comparto y doy. Expresar gratitud, ya sea grande o pequeña, incluso cuando pasamos por momentos difíciles, puede tener un efecto dominó y tener un impacto en nuestro entorno, al no dejar lugar para que el error (el mal) se arraigue en nuestra vida.
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