La forma más profunda de expresar gratitud

En los Estados Unidos y en algunos otros países es tradición dedicar un día para expresar gratitud. Es, con frecuencia, una ocasión significativa para reunirse con familiares y amigos. Sin embargo, lo más importante es cuán profunda es nuestra gratitud. La forma más profunda de gratitud es espiritual; es expresar gratitud por la bondad y el amor que Dios brinda a cada uno y a todos Sus queridos hijos universalmente. Cualquier persona puede sentir esta gratitud en su corazón y expresarla en su vida, sea cual sea su circunstancia humana actual, y cuando es sincera, brinda una evidencia cada vez más grande y más plena de la bondad y el cuidado de Dios en nuestra vida.

Tal vez, cuando se trata de la gratitud, lo que más cuenta es la medida de nuestra sinceridad. Esta idea captó más intensamente mi atención al reflexionar una vez más sobre algunas de las cosas que dijo Mary Baker Eddy sobre la gratitud. Tomemos por ejemplo esta declaración en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras: “La gratitud es mucho más que una expresión verbal de agradecimiento” (pág. 3). Para mí fue un recordatorio conmovedor de que, si bien es realmente bueno expresar gratitud verbalmente por las bendiciones que Dios nos ha dado —tal vez en un testimonio durante el servicio de Acción de Gracias en una Iglesia de Cristo, Científico—, la sinceridad de nuestra gratitud solo puede medirse por la plenitud con que expresamos nuestra gratitud en la forma como vivimos.

Al pensar en esto me vino al pensamiento la respuesta que dio Jesús cuando estaba sentado y vio a la gente echar sus contribuciones al arca de la ofrenda. Vio que mucha gente rica contribuía con su riqueza, mientras que una mujer pobre —viuda—contribuyó todo lo que tenía: “dos blancas, o sea un cuadrante”. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: “Esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento” (Marcos 12:41-44). Empecé a entender que esto se aplicaba a expresar gratitud por las abundantes bendiciones que recibimos mediante el estudio de la Ciencia Cristiana. No importa lo ricos, o pobres, que seamos en nuestro entendimiento de las verdades espirituales de la Ciencia Cristiana, la sinceridad de nuestra gratitud solo puede medirse por cuánto estamos dando de nosotros mismos al poner en práctica esa comprensión. Dar todo de nosotros mismos para poner en práctica ese entendimiento es verdadera gratitud. Y es la única manera de crecer aún más abundantemente en nuestra comprensión de Dios y Su creación espiritual.