Últimamente, he orado mucho por el trastorno causado por el estrés postraumático. La perspectiva que he obtenido de mi estudio de las enseñanzas de Cristo Jesús y los escritos de Mary Baker Eddy, me ha ayudado a ver incluso más allá del pensamiento positivo que te dice: “Si la vida te da limones, aprende a hacer limonada”. En cambio, he estado entendiendo algo acerca de la ley espiritual natural que opera en favor de todos imparcialmente, y a la que podemos aprender a ceder.
Comienza con la idea de que el hombre y la mujer son creados “a imagen” de Dios, para ser “muy buenos”, como Dios (véase Génesis 1:26, 27, 31). Esto significa que reflejamos inherentemente el bien que proviene de Dios. Es la ley de reflejo del hombre que es la expresión armoniosa de Dios. A medida que comprendemos esto, experimentamos curación y adquirimos confianza y fortaleza como para enfrentar la adversidad.
Cuanto más constantemente nos identifiquemos como la expresión de Dios, más hallaremos que somos capaces de superar la adversidad y avanzar.
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