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Original Web

Bajo el gobierno del Amor

Del número de noviembre de 2017 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

 Apareció primero el 6 de septiembre de 2017 como original para la Web.


En medio de la gran preocupación que enfrentan las instituciones alrededor del mundo hoy en día, respecto a los obstáculos para que haya un buen gobierno —tales como, codicia, incompetencia, obstinación, ansia de poder, o simplemente el intento mal encaminado pero honesto de hacer el bien— me veo ante el desafío de vigilar mi forma de pensar. Cristo Jesús les dijo a sus discípulos: “Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad” (Marcos 13:37), y considero que esto significa estar alerta contra la tentación de ceder a la indignación, al temor y al impulso de recordar constantemente lo que consideramos que son las faltas o equivocaciones de las personas que ocupan puestos de liderazgo. 

Jesús enseñó que este tipo de pensamiento reaccionario se opone a la espiritualidad genuina, y debe rechazarse porque emana de la creencia falsa de que tenemos una mente personal de nuestra propiedad, en lugar de la benevolente Mente de Dios, la Mente divina única. Jesús entendía que toda consciencia verdadera proviene de Dios, la Mente única, y por lo tanto, expresa Su bondad, y que toda forma correcta de pensar es el resultado de reconocer que el hombre es espiritual, es el reflejo infalible de la Mente.

Es muy útil considerar los hermosos atributos de la Mente divina, los cuales incluyen inteligencia, sabiduría, caridad y humildad. A medida que nuestra comprensión de Dios llega a percibir que la Mente divina está gobernando el universo, y que el hombre es la expresión de la Mente, podemos enfrentar con eficacia los argumentos engañosos de la forma de pensar mortal que afirma que el hombre es mortal, y tiene una voluntad humana que puede tomar decisiones equivocadas. El temor se disuelve ante la confianza, inspirada por el Amor divino, de que el Amor está siempre presente y nos brinda a cada uno de nosotros su cuidado que todo lo abarca. La indignación desaparece cuando tomamos consciencia de que la verdadera naturaleza del hombre expresa la naturaleza de Dios y la guía infalible del Principio divino. La tendencia a encontrar fallas se desvanece, cuando reconocemos que todo individuo es uno con la gran Mente del Amor. En su verdadera identidad, cada uno es el reflejo perfecto del Amor divino.

Hace unos años tuve una experiencia que ilustra la paz que viene de ese razonamiento espiritual, y me demostró que realmente “de Jehová es el reino, y él regirá las naciones” (Salmos 22:28).

En esta instancia en particular, el Servicio Federal de Rentas Internas (IRS)  de los Estados Unidos me informó que debía una suma bastante grande de impuestos atrasados. Yo no estaba de acuerdo y pensé que sería muy injusto tener que pagar. Pero después de algunas negociaciones y considerando que debía ir a la corte por esto, decidí simplemente pagar y confiar en que Dios respondería muy bien a mis necesidades financieras.

La comunicación con el IRS siempre había sido difícil para mí. Finalmente me dijeron que debía esperar para pagar la cuenta hasta que se transfiriera el caso a la oficina de recaudaciones. Envié un pago parcial y estaba solicitando un préstamo mediante una oficina de plicas para juntar el resto del dinero, cuando el IRS puso un embargo preventivo a todos mis valores en cartera.

La mujer de la oficina de plicas me llamó el día antes de cerrar el acuerdo, me contó acerca del embargo, e indicó que ella estaba segura de que íbamos a tener que esperar mucho tiempo antes de que liberaran el embargo. Parecía que sería muy afortunado si la situación se resolvía en diez días, pero era muy improbable que así fuera.

Me volví a Dios en busca de guía. Había estado orando todo el tiempo con las verdades que había aprendido en la Ciencia Cristiana, sabiendo que Su ley de justicia estaba gobernando a todos los envueltos en la situación; que Dios es el Pastor, que cuida de todos Sus hijos, y es la fuente de nuestra provisión. Pero yo todavía no había logrado superar la impaciencia y la frustración respecto a lo que para mí parecía ser el desesperado embrollo de la nación en los tentáculos de un monstruo burocrático.

Pero ahora, me quedé callado, y me pregunté: “¿Qué sabe Dios sobre esto?” Me vino el pensamiento muy claramente: “En el reino de Dios no hay dificultades emocionales burocráticas. Dios tiene el control de todo”. Y con ese pensamiento, la preocupación y la frustración desaparecieron.

Ese mensaje me llegó como un ángel, el cual Mary Baker Eddy define en parte, en su libro de texto, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, como “Pensamientos de Dios que pasan al hombre; intuiciones espirituales, puras y perfectas; …” (pág. 581). Me aseguró que en el reino de Dios, donde cada uno de nosotros realmente existe ahora mismo como la imagen de Dios, estamos gobernados por el Principio divino, y experimentamos los efectos del Principio, Dios, a través de las cualidades de armonía, orden y eficiencia. Al estar gobernados por el Amor divino, experimentamos la compasión, caridad y misericordia del Amor. Al estar gobernados por la Mente divina, sentimos los beneficios de la inteligencia, sabiduría y guía de la Mente. Me pareció que esa era una respuesta muy satisfactoria y feliz. Me sentí reconfortado.

Llamé a la oficina de plicas y dejé un mensaje. Dos días más tarde, me devolvieron la llamada y me dijeron que habían enviado mi cheque el día anterior. Me enteré de que la representante del IRS de mi ciudad había ido en persona a la oficina de plicas, aceptado el pago que se debía al gobierno y liberado el embargo preventivo. En minutos, la agente del IRS me llamó para contarme acerca del cheque. Me dijo que este era el caso que más rápidamente se había resuelto en los 17 años ques trabajaba allí.

No creo que vuelva a sentirme impresionado o enojado por el aparente poder o la burocracia de una institución o agencia. Realmente, donde Dios está no hay demoras y pantanos burocráticos, y Él está en todas partes. Este fue otro ejemplo para mí del cuidado y la guía omnipresentes de Dios.

Sentí la certeza de que estas mismas verdades se aplican a toda situación política, incluidas las distintas ramas del gobierno. La Sra. Eddy escribió: “La verdadera jurisdicción del mundo está en la Mente, que controla todo efecto y reconoce toda causalidad como conferida a la Mente divina” (Ciencia y Salud, pág. 379). Ninguna persona o gobierno humano está fuera de la jurisdicción del gobierno poderoso y totalmente sabio del Amor divino, bajo el cual experimentamos verdadera libertad y justicia.

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