Cuando fallece un ser querido, puede ser muy difícil superar la pena. Sin embargo, muchos han descubierto que, a través de las enseñanzas de la Ciencia Cristiana, la tristeza puede ser sanada totalmente y por completo, ya sea que sea necesario orar con persistencia o suceda con rapidez. He aprendido esta lección por medio de varias experiencias que he tenido.
Hace muchos años, perdí una amiga cercana y tuve la necesidad de sentir la ternura afectuosa de Dios. Pasé varias noches en la biblioteca pública leyendo libros que describían lo que podría ocurrirle a la gente después de su muerte. Me sentí muy insatisfecho con esa lectura; todo parecía muy misterioso y confuso.
Entonces un amigo de la iglesia me sugirió que estudiara referencias de la Biblia y de los escritos de Mary Baker Eddy, que incluían la palabra vida, y reflexionara sobre lo que estos escritos pueden enseñarnos acerca de la vida y la existencia. Empecé a estudiar y me esforcé, en particular, por comprender mejor la Vida divina, Dios. Además, leí artículos y testimonios en las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana sobre cómo superar la pena, los cuales fueron también de gran ayuda.