¿Estamos dispuestos a ceder nuestro asiento —abandonar toda obstinación, egoísmo y nociones preconcebidas— a fin de poder amar sin condiciones, de forma más imparcial, más universal?
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!