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Original Web

Panorama espiritual

¿Muros de separación? ¡Nunca!

Del número de enero de 2019 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 15 de noviembre de 2018 como original para la Web.


En su poesía “Reparar el Muro” Robert Frost escribió “Algo hay que no es amigo de los muros”. Y ciertamente compartí ese sentimiento el otro día cuando pensé en los muros de separación que parecen levantarse de muchas maneras: entre familiares, grupos políticos y culturales, comunidades y naciones.

Sin embargo, mientras oraba acerca de esto, me di cuenta de que no existe, nunca ha existido y nunca existirá un muro de separación entre Dios y el hombre, o entre los hijos de Dios. Puesto que todos somos imagen de Dios, cada uno una idea de la Mente divina, no puede haber muro u obstrucción entre nosotros como ideas espirituales. Todos somos uno con Dios y uno con el otro.

Es muy importante comprender el concepto de unicidad para poder sanar todo tipo de problemas, incluida la división, y para establecer el progreso, incluso el progreso en la construcción de la paz. Estoy muy agradecida a Cristo Jesús por su gentil oración por sus seguidores, “oro para que sean uno, Padre, así como tú estás en mí y yo en ti” (Juan 17:21, según la versión Common English Bible).

De la misma manera que siempre hay una solución divina que podemos discernir y demostrar para resolver los problemas en nuestra vida, podemos afirmar que los individuos en los gobiernos también pueden ser receptivos a la guía divina y trabajar juntos para la demostración de soluciones justas y equitativas para todos sus ciudadanos y vecinos.

Mary Baker Eddy escribe en la página 134 de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras que “...la ley natural de la armonía que vence la discordia… es la ley inmutable de Dios, el bien”. Sin dudas, quejas o peros. También podemos agregar que la justicia, la paz y la confraternidad son leyes de Dios. Por eso podemos estar agradecidos a nuestro Padre-Madre, el Amor, el Principio único, que es reflejado por una creación armoniosa. Esta unidad es la base para encontrar las soluciones sanadoras que están siempre disponibles. Como hijos de Dios, todos somos naturalmente receptivos y podemos implementar estas soluciones.

El apóstol Pablo nos recuerda: “Estoy convencido de que nada puede separarnos del amor de Dios en Cristo Jesús” (Romanos 8:38, según la versión CEB). ¡Gracias Padre!

Cathryn Maycock Rathsam

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