Muchos jóvenes milenio tienen el deseo sincero de aportar ideas nuevas para resolver una variedad de problemas del mundo, contribuir positivamente a cambiar el status quo a nivel global y encontrar un sentido de equilibrio personal y propósito profesional. Sin embargo, pagar los préstamos estudiantiles, superar los estereotipos y encontrar oportunidades adecuadas para sus talentos puede resultar difícil.
Estos son desafíos con los que me puedo identificar. Me encantaban las relaciones internacionales, pasé un tiempo en el extranjero y obtuve un título universitario en ese campo. Me consideraba una ciudadana global y quería ayudar a desarrollar soluciones a los desafíos en el mundo.
Sin embargo, cuando me gradué de la universidad, la dinámica global había cambiado, por lo que ya no había trabajos interesantes para personas con mi formación. Estaba agradecida por el trabajo que tenía, pero no brindaba oportunidades para el crecimiento profesional. Sabía que quería hacer estudios de postgrado, pero no estaba segura en qué tema centrarme que me llevara a una carrera satisfactoria y me permitiera pagar mis préstamos estudiantiles. Me sentía abrumada por las decisiones y tenía miedo de cometer un error. Entonces oré en busca de guía.
Me sentí inspirada por lo que Cristo Jesús dijo acerca de cómo se satisfacen nuestras necesidades: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). Esto me hizo recordar una lista de cualidades que pertenecen al reino de los cielos, cualidades que Mary Baker Eddy, la Descubridora de la Ciencia Cristiana, incluyó en su libro, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras: “…el altruismo, la bondad, la misericordia, la justicia, la salud, la santidad, el amor” (pág. 248).
Obtener esta percepción más amplia del reino de los cielos me dio un mejor sentido de la relación de Dios con Su creación, y me dio un mejor sentido de propósito.
Al considerar esto en profundidad, me di cuenta de que mi deseo de ayudar a los demás y resolver los problemas del mundo tenía que comenzar con una comprensión más profunda de Dios y de mi relación con Él. Tenía que comprender que Dios cuida a Su creación, incluso a ti y a mí, y que, por ser Sus hijos, somos hechos realmente nuevos y completos, no limitados por calificadores o requisitos humanos.
Obtener esta percepción más amplia del reino de los cielos me dio un mejor sentido de la relación de Dios con Su creación, y me dio un mejor sentido de propósito. Comprendí que vivir desinteresadamente, al expresar altruismo, bondad, misericordia, justicia, salud, santidad, amor, era el verdadero propósito de mi vida, y que Dios me brindaría oportunidades prácticas para cumplir este propósito.
Mientras oraba de esta manera, al presentar mi solicitud para la escuela de postgrado, la sensación de sentirme abrumada fue reemplazada por alegría, confianza y claridad. Más tarde encontré un empleo satisfactorio que me permitió pagar mis préstamos y, lo que es más importante, pareció marcar una diferencia positiva en el gobierno.
Esta experiencia me mostró que comenzar con el reino de los cielos nos guía, dándonos ideas para cada etapa de nuestra vida, permitiéndonos hacer el bien en el mundo.