Al leer las noticias, me he encontrado con el problema de la debilidad y aparente inestabilidad dentro del gobierno de ciertas naciones. Los factores de fondo parecen incluir prácticas y tomas de decisiones presuntamente poco éticas por parte de algunos funcionarios y líderes gubernamentales, incluso una falta de adherencia al estado de derecho, que finalmente ha resultado en una deficiencia en el control de la corrupción.
Si buscamos estabilidad en los gobiernos de las naciones, lo que a veces encontramos, en cambio, parece ser inestable o turbulento. Incluso aquello que parecería ser estabilidad desde el punto de vista de los sentidos materiales y en base a la forma de pensar materialista, nunca puede ser perdurable. No obstante, cuando comprendemos que el verdadero gobierno es espiritual, reconocemos que es estable, permanente, universal, ilimitado y realmente invulnerable a toda influencia material. Esto se debe a que la verdadera estabilidad, la cual incluye perseverancia y confiabilidad, tiene su origen en Dios, como enseña el maestro cristiano y Mostrador del camino, Cristo Jesús.
Al referirse a sus enseñanzas en el Sermón del Monte, Jesús manifestó claramente: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca” (Mateo 7:2, 25). Para Cristo Jesús, Dios era una Roca —permanente y firme— en la cual siempre podía confiar, y que le brindaba estabilidad espiritual. Seguir sus enseñanzas es como construir sobre una roca; tener a Dios como el fundamento estable.
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