Al ver las noticias hoy en día, es comprensible que pensemos que son implacablemente negativas acerca de los temas que muchos países están enfrentando. Los políticos que sirven en países democráticos —ya sea en el Reino Unido, los Estados Unidos, Brasil u otros lados— a menudo parecen estar en guerra unos con otros. Muchos políticos con frecuencia parecen abandonar su civismo al debatir entre sí. Y el resto de nosotros a menudo tenemos que negarnos a discutir temas para evitar hacer lo mismo. Recientemente, cuando me encontré con amigos y familiares en el Reino Unido, nos reíamos diciendo: “No menciones la ‘palabra B’”, queriendo decir Brexit, el proceso para dar curso a la decisión del referendo de 2016 para que el Reino Unido se separe de la Unión Europea. La mayoría de la gente parece sentirse frustrada por las interminables vueltas y cambios de la situación que tiene potencialmente enormes ramificaciones para el Reino Unido, Europa y el mundo.
Soy una ciudadana preocupada y estudiante de la Biblia, así que he estado orando para comprender mejor el buen gobierno de Dios, y cómo puede esta oración contribuir a tranquilizar y traer justicia a estas situaciones. Una carta de la Biblia a uno de los primeros trabajadores cristianos llamado Timoteo, un bien amado colaborador del apóstol Pablo, ofrece un punto de partida útil. Incluye lo siguiente: “En primer lugar, te ruego que ores por todos los seres humanos. Pídele a Dios que los ayude; intercede en su favor, y da gracias por ellos. Ora de ese modo por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos tener una vida pacífica y tranquila, caracterizada por la devoción a Dios y la dignidad. Esto es bueno y le agrada a Dios nuestro Salvador” (1 Timoteo 2:1–3, NTV). Estas palabras me recuerdan que debo comenzar mis oraciones por la comunidad mundial afirmando que el gobierno que Dios ejerce sobre todos nosotros capacita a todos los líderes a ser receptivos a la guía divina, ya sea que estemos de acuerdo con su postura política o no.
De modo que, ¿qué podemos experimentar del gobierno de Dios aquí y ahora, y cómo podemos hacerlo? Mary Baker Eddy, la Fundadora de la Ciencia Cristiana, amaba profundamente la Biblia, y en su obra principal, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, ella proporcionó un sentido espiritual del Padre Nuestro. Las palabras de Jesús “Hágase Tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”, se interpretan como “Capacítanos para saber que —como en el cielo, así también en la tierra— Dios es omnipotente, supremo” (pág. 17). Orar para ver que Dios es la Mente divina omnipotente, y que la voluntad y el propósito de la Mente, que son siempre buenos, son absolutamente supremos, me ha capacitado para sentirme más equilibrada y tranquila ante la actual situación política.
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