Me complace hacer tu voluntad, Dios mío, pues tus enseñanzas están escritas en mi corazón.
Salmos 40:8 (Nueva Traducción Viviente)
Será deber de todo miembro de esta Iglesia defenderse a diario de toda sugestión mental agresiva, y no dejarse inducir a olvido o negligencia en cuanto a su deber para con Dios, para con su guía y para con la humanidad.
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