La estación de radio que escucho selecciona un tema cada mañana, y los oyentes llaman para pedir canciones que vayan de acuerdo con el programa. Hace poco, se habló sobre la soledad, y durante los 20 minutos aproximadamente que estuve en mi auto, no solo escuché canciones sobre ese tema, sino también los comentarios de los que llamaban por sentirse solos. Aunque se suponía que fuera un segmento muy animado, sentí compasión por ellos.
La soledad es mucho más profunda que un tema de música popular. De hecho, hace poco, la soledad fue declarada una epidemia en los Estados Unidos, cuando el senador Ben Sasse la llamó la “crisis de salud número uno” de la nación. En el Reino Unido, la gravedad del problema provocó el nombramiento de un ministro de soledad.
Al pensar en la soledad, tanto en el ámbito individual como global, recientemente encontré renovada inspiración en la historia de la Pascua.
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