P: ¿Cómo puedo encontrar un sentido de propósito cuando no está pasando nada?
R: Entiendo cómo te sientes. Una vez, fui a visitar a unos familiares a su granja en África del Sur, muy lejos de mi casa. El lugar era muy bello, pero después de un par de semanas comencé a sentirme a la deriva, porque no estaba seguro de qué más podía hacer aparte de caminar alrededor de la granja. Traté de ayudar con el trabajo diario, pero era obvio que realmente no me necesitaban. Quería sentirme valioso y con un propósito, pero no lo lograba.
Lo que sí pude hacer durante ese tiempo fue un proyecto que creé para mí mismo, el cual consistía en leer todos los escritos publicados de Mary Baker Eddy, con excepción de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras. Mientras leía me encontré con este pasaje: “Como parte activa del único estupendo todo, la bondad identifica al hombre con el bien universal. Que cada miembro de esta iglesia pueda así elevarse por encima de la tan repetida pregunta: ¿Qué soy yo?, a la respuesta científica: Yo soy capaz de impartir verdad, salud y felicidad, y ésta es mi roca de salvación y la razón de mi existencia” (La Primera Iglesia de Cristo, Científico, y Miscelánea, pág. 165). Esto realmente me impactó, porque vi que la capacidad de servir —de ser bueno y hacer el bien— no dependía de ninguna circunstancia externa. El bien, en cambio, es la esencia de lo que cada uno de nosotros es realmente como la imagen y semejanza de Dios.
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