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Mensaje del Cuerpo de Conferenciantes de la Ciencia Cristiana

Las conferencias de la Ciencia Cristiana: Un faro de luz

Del número de agosto de 2020 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


En momentos de enorme inestabilidad, a menudo se piensa que las típicas promesas mundanas son incapaces de proporcionar lo que se necesita. Es entonces que la gente busca lo que es realmente verdadero y confiable de formas en que tal vez no lo hagan en otras ocasiones. Estos momentos ofrecen oportunidades propicias para que la luz de la Ciencia Cristiana, “situada sobre un monte”, resplandezca e ilumine el camino hacia el progreso, la salud, la esperanza y la salvación humanas. 

En parte de lo que se conoce como el Sermón del Monte en la Biblia, Jesús dice: “Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; ... Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:14, 16, LBLA). La imagen es muy vívida. Cuando está oscuro afuera y deambulamos por el desierto, ese acogedor faro de luz promete un refugio seguro y es inconfundible. Y lo mismo ocurre en nuestros propios momentos de oscuridad, cuando la luz del Amor divino se refleja en las acciones de individuos que muestran a sus semejantes que hay una forma cristianamente científica de encontrar estabilidad, salud y liberación del temor, aquí y ahora.

Durante este último año de conferencias, muchos compartieron la luz de la Ciencia Cristiana en sus comunidades auspiciando una conferencia sobre la Ciencia Cristiana. Apreciamos mucho los comentarios que hemos recibido sobre la importancia de que gran cantidad de conferencias pudieron darse por internet y por teléfono, en momentos en que las reuniones públicas estaban restringidas. Muchos comentaron que amigos, familiares y antiguos miembros de la iglesia asistieron a estas conferencias, ya sea por primera vez o después de mucho tiempo de estar alejados; y que varios expresaron el enorme consuelo y curación que recibieron.

Ya sea que hayan participado o no en una de las conferencias que se celebraron en los últimos meses, la mayoría de nosotros hemos probablemente buscado nuevas formas de considerar cómo llevar a cabo lo que haya sido necesario en estos momentos. Este espíritu pionero puede continuar inspirándonos a seguir avanzando.

Mary Baker Eddy escribió: “De la necesidad de elevar la raza nace el hecho de que la Mente puede hacerlo; pues la Mente puede impartir pureza en lugar de impureza, fuerza en lugar de debilidad y salud en lugar de enfermedad. La Verdad es un alterante para todo el organismo, y puede ‘[sanarlo] completamente’” (Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, pág. 371).

La Mente divina, el Dios único que responde a todas nuestras necesidades, está suministrándonos renovadas perspectivas e inspiraciones que son esenciales para que abramos nuevos caminos de formas útiles y sanadoras. Esto ha continuado y continuará en toda forma de actividad humana, incluidas nuestras conferencias. Estar dispuestos a confiar en la dirección de la Mente en todos nuestros esfuerzos conduce hacia nuevas perspectivas y pasos de progreso genuino.

Mary Baker Eddy también dio una indicación de lo que permite que la luz de Dios resplandezca a través de nosotros, cuando dijo: “…el mundo os necesita —y más como niños que como hombres y mujeres: necesita de vuestra inocencia, desinterés, afecto sincero y vida sin mácula” (Escritos Misceláneos 1883-1896, pág. 110). Desde nuestra perspectiva en la oficina del Cuerpo de Conferenciantes, vemos estas características abundantemente expresadas en las acciones de muchos miembros de iglesias filiales que están planeando conferencias. Observamos la “inocencia” manifestada en el poder de la bondad derivada de Dios, más que en la habilidad humana. Y nos regocijamos en el “afecto sincero” entre los miembros que oran al planear la conferencia, y el “desinterés” al considerar qué enfoque responderá mejor a las necesidades de la comunidad. Estas siempre serán las cualidades propias del Cristo que nos ayudan a ser elevados aún más alto espiritualmente, para ser “situados sobre un monte”, y ver más de la luz de la Verdad que hace que nuestras comunidades sanen “completamente”.

Gracias por todo lo que continúan haciendo para permitir que la luz resplandezca a través de ustedes.

Con amor y gratitud,

Tom McElroy
Gerente del Cuerpo de Conferenciantes de la Ciencia Cristiana

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