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Buenas Noticias

Amar a tu prójimo como a ti mismo

Del número de noviembre de 2024 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 9 de septiembre de 2024 como original para la Web.

Original en español


Hace unos meses, mientras manejaba mi camioneta en la ciudad, me quedé atascada en un embotellamiento de tránsito. Esto fue en Bogotá, Colombia, donde vivo. Había estado sintiéndome muy feliz porque días antes había llevado mi camioneta a mi mecánico para realizar un mantenimiento preventivo y cierto trabajo de pintura. Cuando me devolvió la camioneta, parecía nueva.

Mientras esperaba que se moviera el tránsito, de pronto sentí un golpe atrás. Miré por el retrovisor y vi a una mujer que hacía uso de su celular. Inmediatamente, pensé en la Regla de Oro que nos dio Jesús, en la Biblia: “Todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos” (Mateo 7:12).

Esto fue útil porque en el pasado, había visto a la gente reaccionar negativamente en situaciones como estas, de maneras que a mí no me gustaría ser tratada. Así que no dejé que ninguna falsa emoción de ira o agitación me influenciara. Sabía que Dios, la Mente divina, nos estaba gobernando a las dos y que la mujer era hija de Dios, y expresaba muchas cualidades maravillosas que constituían su ser espiritual. Esto me ayudó a mantenerme en paz y serena, y no reaccioné.

Me acerqué a su puerta y le pregunté cómo se sentía. Ella bajó del auto y dijo que se sentía bien. Entonces pasamos a ver los vehículos. Mi camioneta tenía golpes y no abría la puerta de atrás, pero ella me dijo que nada le había pasado a su vehículo.

Sin embargo, le dije que parecía que el capó se había metido dentro del parabrisas. Ella dijo que no había notado esto. Su auto era más pequeño y evidentemente tenía más daño. Ella parecía nerviosa y no quería hablar conmigo sobre el incidente. Sin embargo, intercambiamos nuestros números de teléfono, y yo me fui, tranquila y confiada de que todo se solucionaría.

Más tarde en el día, cuando hablamos por teléfono, se resolvieron todos los detalles. La mujer estuvo de acuerdo en pagar por la reparación de mi vehículo en dos cuotas, y yo sentí que habíamos encontrado una maravillosa resolución. Dios es increíble.

Después de esta experiencia, ahora tengo una nueva amiga en esta mujer. Continuamos en contacto por teléfono, y hemos tenido ricas conversaciones estos últimos meses. Esto me enseñó que las reacciones y argumentos humanos no son de mucha ayuda, pero la Mente divina nos ayuda hasta el final. Mostrar misericordia y ser receptivo a los pensamientos de la Mente divina resultan en relaciones armoniosas. La Mente divina está siempre gobernando nuestras vidas, trayendo bendiciones a todos.

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