Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer
Original Web

Eres precioso ante los ojos de Dios

Del número de mayo de 2025 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 16 de diciembre de 2024 como original para la Web.


“¿Qué significa ser espiritual?” En un momento, cuando era una joven adulta, los acontecimientos de la vida me llevaron a esforzarme por comprender mejor la espiritualidad tal como la describe la Ciencia Cristiana. Leí todo lo que pude sobre el tema, incluyendo la Biblia y los escritos de la Descubridora de la Ciencia Cristiana, Mary Baker Eddy, entre ellos, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras. También leí y escuché artículos y grabaciones pertinentes que encontré en las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana. Tomé notas diligentes y enfocadas, sin embargo, por más que me esforzaba por ver qué significaba ser espiritual, sentía que no podía comprender el concepto de una manera que pareciera confiable y demostrable.

En un momento durante mis estudios, asistí a una conferencia de trabajo cerca de una hermosa playa. Llegué un día antes, y pasé la mayor parte de mi tiempo libre tratando de comprender claramente esta pregunta, para mí, siempre nebulosa sobre la espiritualidad. Encontré un programa de audio en el que entrevistaban a varios Científicos Cristianos sobre lo que significa ser espiritual. Me encantó lo que compartieron y me sentí inspirada, pero todavía tenía preguntas y decidí tomarme un descanso y salir a correr junto al océano. 

Al terminar mi carrera, dediqué un momento a apreciar el paisaje que se extendía ante mí. La arena era fresca y blanca, y el cielo estaba resplandeciente con una variedad de tonos suaves, pero fuertes, de rosas y morados. La felicidad y la paz me embargaron, y pensé: “Bueno, eso es hermoso”.

En cuestión de segundos, una voz interior, que no era la mía, dijo: “Eso eres tú”.

Me quedé estupefacta y con los ojos llenos de lágrimas por lo que había escuchado. Sabía que Dios no estaba diciendo que yo era literalmente parte de la puesta de sol, pero no comprendí de inmediato el significado completo de las palabras que acababa de recibir. Sin embargo, la paz que sentí me aseguró que este pensamiento era uno que Dios había provisto específicamente para mí. Podía sentir que lo que había escuchado era real y correcto, pero no podía explicar por qué. Para mí, la voz y la dirección de Dios a menudo funcionan de esta manera. Sé que la voz no es la mía porque, aunque los pensamientos me dan consuelo y paz, todavía no tengo la comprensión como para explicar la Ciencia más profunda detrás del simple mensaje percibido.

Ese mensaje se quedó conmigo y sirvió como un destello de luz que me guio hacia adelante mientras me esforzaba por comprender más el hecho de ser espiritual. Hoy, después de estudiar y practicar más la Ciencia Cristiana, me complace decir que ahora puedo describir mejor el significado más pleno de las palabras que escuché ese día. Dios me estaba comunicando que lo que soy —y lo que todos somos— se parece mucho a una hermosa puesta de sol. No somos la mezcla de lo bueno y lo malo, la claridad y la confusión, que las teorías humanas dicen que somos. Por más complicados, confundidos o perdidos que creamos que somos, la única identidad que Dios ve y conoce es nuestra verdadera identidad espiritual: la hermosa, sencilla, inmortal, divina y buena idea de Dios, del Amor.

La Biblia nos dice: “Puesto que eras precioso a mis ojos, has sido honorable, y te he amado” (Isaías 43:4, KJV). Y el registro de curación de Cristo Jesús como el “Hijo unigénito” de Dios (Juan 3:16) refleja perfectamente la forma en que Dios nos ve; es decir, puramente buenos. 

Cuando Jesús sanó a una mujer sorprendida en adulterio, al hombre con la mano leprosa y al hombre que esperaba una curación en el estanque de Betesda, no examinó a estos individuos a través de una lente material, preocupándose de que las complejas historias humanas pudieran dificultar o incluso hacer imposible la curación. Vio, en cambio, a los hijos de Dios; vio la verdad de su identidad espiritual pura e inocente y dijo: “Ni yo te condeno; vete, y no peques más” (Juan 8:11); “Sé limpio” (Mateo 8:3); y “Levántate, toma tu lecho, y anda” (Juan 5:8). Y las turbulentas circunstancias humanas cedieron ante la Verdad, Dios. Allí mismo donde la desesperación y las sugestiones de enmarañadas individualidades mortales parecían innatas, la libertad, la pureza y la habilidad se hicieron evidentes. Dado que el Cristo, el mensaje de amor de Dios a la humanidad, todavía está con nosotros hoy, podemos seguir a Jesús y sanar. 

Me encanta pensar que Dios, nuestro Padre-Madre, nos ve como realmente somos: como la expresión individual y definida del Amor. Dios ve y aprecia esto acerca de ti, y también ve la perfección de toda Su creación, de la cual tú eres parte indispensable. No hay dos de ti. Solo hay uno de ti y un solo y hermoso universo causado por Dios en el que tú, todos y todo están incluidos.

¿Cómo es esto posible cuando el mundo puede parecer tan quebrantado, material y lleno de dolor y decepción? Porque esta aparente ausencia de armonía es una visión falsa; es lo que presenta el hecho de ignorar al Amor divino. Así como la mala iluminación hace que un hermoso estanque parezca un agujero negro, la ignorancia de Dios hace que la creación (nosotros) parezca quebrantada, enferma, ignorante e incompleta, cuando en realidad somos inmortales, buenos, amados y completos.

Ciencia y Salud nos asegura: “Enteramente separada de la creencia y el sueño de la vida material, está la Vida divina, revelando la comprensión espiritual y la consciencia del señorío del hombre sobre toda la tierra” (pág. 14). Esto significa que ahora mismo, no en una fecha futura, solo hay uno de cada uno de nosotros, y Dios nos está causando y conociendo a cada uno de nosotros de esta manera, siempre. Es nuestra comunión diaria, momento a momento, con Dios, el Amor, lo que nos permite ver nuestra naturaleza espiritual tan claramente que somos capaces de probar más de esta realidad presente de quiénes y qué somos. Este sentido espiritual nos da la fortaleza que necesitamos para tomar una posición firme y refutar las mentiras del sentido material que afirma que somos humanos decepcionantes en lugar de las ideas perfectas de Dios.

Ahora mismo, no eres prisionero de las llamadas leyes de la naturaleza, la crianza, la genética, las hormonas o las experiencias humanas. No eres un rompecabezas tratando de resolverse a sí mismo. Hoy tú eres, la idea sincera, encantadora y espiritual que Dios siempre hace que seas. 

Me gustaría poder decir que siempre puedo discernir fácilmente estos conceptos espirituales sin ninguna mezcla de creencias mundanas, pero requiere trabajo. El mundo a menudo pone ante nuestra mirada una versión distorsionada del hombre. Se necesita valor y un profundo y creciente amor por Dios y el hombre, para resistir las corrientes mentales que atraen la atención de la humanidad, pidiéndonos que creamos en nosotros y que nos dejemos llevar por un sentido mortal del yo. Necesitamos tomar una posición firme a favor de la verdad acerca de Dios y el hombre. 

Este trabajo es enriquecedor. El hecho es que buenos es lo que ya somos, y no importa cuán pequeño a veces se sienta el bien, está ahí. Cuando cultivamos este bien en nosotros mismos y en los demás y escuchamos la dirección de Dios, esto nos guía hacia el hogar para ver al hijo de Dios que realmente somos.

Incluso si a veces te sientes separado de la alegría y la belleza de la vida que te pertenece, tu resplandor del bien jamás se ha desvanecido, ni por un momento. Cada cualidad espiritual de Dios te pertenece, ahora mismo. Es el único tú que existe, que ha existido o que existirá. Este hecho puede eclipsar, y eclipsará cualquier nube de falsa creencia que parezca ocultar el perpetuo amanecer del progreso y la curación.

Mi momento en la playa aquel día sigue iluminando mi camino. Ciencia y Salud dice: “La vida es eterna. Debiéramos descubrir esto y comenzar a demostrarlo” (pág. 246). El mensaje de Dios que escuché se aplica a todos. Es Dios diciendo: “Eres precioso a Mis ojos. Aprende y demuestra este hecho. Ama esta verdad no solo para ti mismo, sino también para tu prójimo”. 

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / mayo de 2025

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.