En el otoño de 2022, me di cuenta de que había tenido muchas curaciones y experiencias al practicar la Ciencia Cristiana por las que nunca había expresado gratitud. Comencé a escribir artículos para las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana que incluían estas experiencias.
Envié cinco artículos, y aunque no todos fueron aceptados, no había anticipado las dádivas y curaciones que vendrían durante el proceso de escribir estos artículos.
Mientras revisaba un artículo sobre la naturaleza infinita del bien, y oraba con todas las ideas maravillosas que inundaban mi pensamiento, escuché una directiva: “Ve a tu oficina ahora mismo”. Al principio me resistí, pensando que era una distracción para desviar la atención del trabajo que estaba haciendo en el artículo. Pero luego llegó por segunda vez, con más fuerza: “Ve a tu oficina ahora mismo”. Decidí escuchar y conduje hasta la oficina a solo unos kilómetros de distancia.
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