Estoy agradecida por esta demostración eficiente de la eficacia sanadora de las verdades de la Ciencia Cristiana, que se dan en todo el mundo a través de la Lección-Sermón leída durante los servicios de la iglesia de la Ciencia Cristiana.
Mientras tratábamos a nuestro hijo a través de la Ciencia Cristiana, continuamos teniendo claramente en mente que era un hijo de Dios: perfecto, espiritual y sano. También reconocimos que, como tal, solo podía ser la imagen y semejanza de lo que es Dios, el bien, y que su naturaleza siempre había consistido plenamente en reflejar a Dios, el Amor.
Escondida detrás de la máscara hay una individualidad espiritual creada divinamente mucho más inteligente, segura, radiante, amorosa y adorable que cualquier máscara falsa.
Al entrar en el edificio de oficinas, pensé en que las puertas siempre están abiertas para Dios y que no podía haber ningún impedimento para la manifestación divina del bien.
Con todas las ideas anteriores, puedo empezar a comprender la totalidad de Dios, entendiendo que, dado que Dios lo es todo, no hay lugar para el caos, la enfermedad o cualquier otra situación que parezca grave y que, sin embargo, cuando cambiamos nuestra perspectiva correctamente, desaparece en la nada.
La ley divina, tal como se describe y demuestra en la Biblia y se practica en la Ciencia Cristiana, no es simplemente un conjunto de reglas, sino una fuerza activa y viva que trae curación, armonía y prosperidad.
No hay una consciencia material de pecado, enfermedad y muerte y una consciencia espiritual de santidad, salud e inmortalidad. Toda creencia en una consciencia mortal, o en una mente aparte de Dios, debe ceder ante la realidad del único Ego, el único Yo, el único punto de vista.
La Ciencia Cristiana siempre ha sido mi roca, mi refugio, mi guía. Pero esta experiencia, más que todas las demás, fortaleció mi confianza en Dios, la Verdad divina y mi comprensión del reino de Dios.
Probablemente todos hemos tenido experiencias en las que cuanto más nos hemos esforzado por convencer a alguien de algo, más fuertemente lo han rechazado. Pero tal vez también hemos tenido conversaciones en las que sabemos que alguien comparte su perspectiva debido a su sinceridad y amor por nosotros.
El fútbol era lo único que siempre me había hecho feliz, y la idea de que me lo quitaran me quebrantó.