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2025

Por un momento, el mundo se detiene realmente. Todo porque una vez, dos mil años ya hace, en la forma de un niño llegó a la tierra el divino mensaje: “Gloria a Dios en los cielos, y haya en la tierra paz, y buena voluntad entre los hombres”. 

Este Consolador, que Jesús prometió, nos fortalece al revelarnos y alentarnos acerca de nuestra inmortalidad y de la relación eterna de Dios con nosotros, Sus amados hijos. Este es “Emanuel, o 'Dios con nosotros’” (Ciencia y Salud, pág. xi), hoy y siempre.

Al pensar en la experiencia, inicialmente me decepcionó que el bebé no se hubiera dado vuelta antes del nacimiento. Pero reconocí que se había aprendido una importante lección: que cualesquiera sean las circunstancias o cuán grave el pronóstico, la ley de armonía de Dios está siempre en operación.

Necesitamos resistir la tentación de comparar a Dios con cualquier cosa humana o de usar a Dios como una especie de “botones cósmico” al que invocamos solo cuando necesitamos ayuda.

La gratitud nos afianza en la bondad de Dios, fortaleciendo nuestra comprensión de su presencia y poder a cada momento. Disminuye nuestro temor cuando enfrentamos desafíos, porque sabemos que Dios, el Espíritu, es capaz de satisfacer cualquier necesidad que podamos estar enfrentando.

Darme cuenta de que podía conectar el sentimiento de estar en casa con sentir la presencia reconfortante de Dios realmente me ayudó.

De repente, sentí muy claramente que debíamos dejar de buscar, que Luka iba a volver. Casi me pareció como una orden seguida de una convicción total de que él regresaría a casa. Tan pronto tuve este pensamiento, me detuve en seco.

Cuando terminó el servicio, los congregantes quisieron hablar conmigo sobre la inspiración que habían obtenido del solo y su conexión con el sermón que siguió. El mensaje más profundo había llegado, ¡y yo estaba muy agradecida de haber contribuido de esta manera!

Me pareció crucial reconocer que el bien se estaba desarrollando en mi vida, especialmente cuando me sentía exhausta. La certeza de que Dios era mi ayuda muy presente, mi Roca y mi refugio no permitía que el sentido material me hiciera dudar de la verdad de que soy la imagen y semejanza de Dios por ser una idea espiritual.

La alegría y el aprecio son innatos en nuestra verdadera consciencia que refleja a Dios por ser Su imagen, que refleja Su conocimiento espiritual. Entonces, la disposición para expresar, aunque sea una chispa de gratitud, es una oración que nos aparta de la obsesión con nuestros problemas y nos dirige hacia la comprensión espiritual.

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

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