
Relatos de curación
Quiero agradecer a Dios por todo lo que he aprendido en la Ciencia Cristiana Christian Science: Pronunciado Crischan Sáiens.
Poco después de conocer la Ciencia Cristiana sané, mediante la devota oración de una practicista de la Ciencia Cristiana, de una afección a la tiroides que me aquejó durante muchos años. La practicista me dio algunos ejemplares de El Heraldo de la Ciencia Cristiana para que me los llevara a casa.
“El Amor divino siempre ha respondido y siempre responderá a toda necesidad humana” ( Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, pág.
Hace algunos años, mientras viajaba en otro país, por ir a gran velocidad, el automóvil salió de la carretera precipitándose desde un risco y cayendo a un valle. Un testigo que presenció el accidente me dijo después que unas personas llegaron a donde yo estaba, tomaron mi billetera, y aumentaron las heridas que había sufrido en el accidente.
La determinación del comité de metas de mi iglesia filial de realizar trabajo de oración específico sobre sus finanzas, me impulsa a escribir este testimonio en agradecimiento por la provisión que he recibido de Dios en la Ciencia Cristiana. Después del fallecimiento de mi esposo el mundo se convirtió en un lugar extraño para mí.
Hace más de cuarenta años me regalaron un ejemplar del libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud por la Sra. Eddy.
Hace algún tiempo recibí una llamada telefónica de mi hermana, que vive en otra ciudad, diciéndome que le pidiera tratamiento metafísico a una practicista de la Ciencia Cristiana para su hija mayor, una jovencita de catorce años. Su hija, debido a unos mareos que había tenido en el liceo, la habían llevado al oculista y habían encontrado que sufría de miopía avanzada.
Estoy muy agradecida por la Ciencia Cristiana Christian Science: Pronunciado Crischan Sáiens.
Mi vida ha sido transformada desde que tuve la felicidad de conocer la Ciencia Cristiana, y he recibido innumerables bendiciones. Mi hijito estaba cubierto de eczema; yo misma estaba en un estado de depresión y extrema desesperación cuando pedí ayuda de una practicista de la Ciencia Cristiana.
¿No es asombroso cómo aceptamos los hechos sin discutirlos, especialmente si los hemos experimentado toda nuestra vida? Así me sucedió en la Ciencia Cristiana. Parecía que cuando precisaba ayuda, mi madre estaba siempre a mano, haciendo todo el trabajo metafísico; mientras que yo solamente contemplaba los sucesos.