Ofrezco el siguiente testimonio con profunda gratitud a Dios por la Sra. Eddy, autora del libro de texto, Ciencia y Salud.
Al ser examinado para entrar en el servicio militar fui informado que estaba padeciendo de un caso activo de tuberculosis. Para un joven recién egresado de la universidad y al comienzo de su carrera en el mundo de los negocios, esto fue un severo golpe. Un especialista en enfermedades pulmonares confirmó el diagnóstico, diciéndome que debía guardar cama durante seis meses y quizás hasta dos años. Me dijo que jamás podría llevar una vida normal y que no viviría por mucho tiempo si no guardaba cama y descansaba en seguida.
Ese día abandoné el consultorio del médico muy deprimido y preguntándome qué debía hacer. Antes de poder internarme en un sanatorio debía esperar a que mi solicitud de admisión fuera aceptada. Regresé a la casa de mis padres en tanto que esperaba ser admitido a un sanatorio del estado.
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