Desearía compartir una curación de crimen y desorden. Después de que cinco hogares del barrio en que vivo fueron robados durante un período de diez días en el mes de diciembre de 1970, me di cuenta de que debía orar específicamente acerca de esta situación.
Las familias residentes en el barrio vivían presas del temor, cada una preguntándose quién sería la próxima. Se celebraron reuniones, a las cuales fue invitada la policía. Se propusieron planes en cuanto al mejor método de protección. Hasta parecía imprudente alejarnos de nuestros hogares.
Después que robaron a mi vecino de al lado, sentí mucho temor y a duras penas salía de mi casa después del anochecer, anticipando lo peor a mi regreso.
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