Una experiencia que tuve hace varios años me demostró que Dios es Todo. No con respecto a la salud, ni contra la creencia de pecado, sino con respecto a lo que Cristo Jesús venció al final.
Cuando yo tenía quince años de edad y cursaba el último año del primer ciclo de secundaria, mi madre, luego de un disgusto matrimonial, se enfermó y tuvo que guardar cama. Su condición llegó a un punto crítico y le era ya imposible leer. No estaba yo realmente consciente de lo que estaba aconteciendo hasta un día en que, habiendo llegado de la escuela, me encontré con un cuadro escalofriante. Mi madre estaba en su cama, sin conocimiento y completamente helada.
Habiendo nacido en un hogar de Científicos Cristianos, y habiendo sido criada en las enseñanzas de la Escuela Dominical, vino inmediatamente a mis labios el Salmo 23, que comienza con estas palabras: “Jehová es mi pastor; nada me faltará”. Me apoyé en cada palabra del salmo, y sobre todo donde dice: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” (versículo 4). Completamente absorta en lo que decía, de repente me di cuenta de que mi madre estaba repitiendo las palabras de esta oración junto conmigo. Cuando terminamos estábamos muy conmovidas y dimos infinitas gracias a Dios por la Vida siempre presente. Mi madre se levantó ese mismo día, venciendo toda falsa pretensión de la mente mortal respecto a la enfermedad.
Hoy, luego de algunos años, me doy cuenta de que fue la oración, unida a la fe y al gran amor, lo que hizo posible esta demostración de la Vida divina. Además, aunque mi madre no había podido leer, había dedicado sus días al trabajo metafísico de la Ciencia Cristiana
Christian Science: Pronunciado Crischan Sáiens..
Después de esta experiencia me dediqué con ahinco al estudio de Ciencia Cristiana, que proporciona el conocimiento de toda la verdad. Y fue así que llegó el momento para mí hace varios años de tomar clase de instrucción de la Ciencia Cristiana.
Es por esta experiencia, unida a muchas otras, que doy gracias a Dios. Estoy agradecida por Cristo Jesús, quien demostró que Dios es la Vida del hombre, y por Mary Baker Eddy por su valor para llevar adelante la Causa, que es la nuestra.
Hace algunos años tuve la oportunidad de concurrir a la segunda Reunión Regional de la Juventud de Ciencia Cristiana, llevada a cabo en Montevideo. Es a esos servidores, y a todos los que se nos unirán, que envío este mensaje con palabras de la Sra. Eddy (Ciencia y Salud con Clave las de Escrituras, pág.264): “Tenemos que mirar hacia donde deseamos caminar, y debemos obrar como poseyendo todo el poder de Aquel en quien tenemos nuestro ser”.
Buenos Aires, Argentina
Con sumo placer doy testimonio de esta experiencia que tuvimos juntas mi hija y yo. Y aprovechando la oportunidad, ahora, como en aquel momento, doy gracias a Dios, la Vida. También agradezco la oportunidad que tuve de tomar clase de instrucción de la Ciencia Cristiana, y por ser miembro de La Iglesia Madre.
