Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Sana de hemorragia

Del número de septiembre de 2004 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Hace dos años mi esposo y yo estábamos pasando unas vacaciones en un departamento junto al mar. Nos gustaba mucho dar largas caminatas y disfrutar de la paz y la belleza que nos rodeaba. Pero estando allá comencé a perder sangre, algo que no me pasaba hacía más de 20 años, cuando dejé de tener el período. En la unidad que ocupábamos no había teléfono y nuestros días eran tranquilos, sin los apuros de nuestro normal estilo de vida. De modo que tenía el tiempo necesario para orar.

Hace ya más de 50 años que mi esposo y yo hemos estado convencidos de que la Ciencia revelada por Mary Baker Eddy, y dada a conocer en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, es el Consolador prometido por Cristo Jesús, y también hemos comprobado que sana. De modo que tenía confianza en que la oración sanaría esta condición anormal.

Esa semana el tema de la Lección Bíblica del Cuaderno Trimestral de la Christian Science era "Dios, causa y Creador único". Decidí estudiarla muy detalladamente y leerla varias veces cada día. Uno de los pasajes tenía las siguientes palabras de Jesús: "Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas" (Marcos 12:30). Para mí esto quería decir que no debía permitir que hubiera temor en mi pensamiento. Entonces varias veces al día agradecía a Dios por Su amoroso cuidado y recordaba que Él sólo me enviaba el bien.

Sentí que Dios estaba conmigo.

Cada palabra de la Lección Bíblica parecía hablarme directamente, especialmente estas palabras de la página 423 de Ciencia y Salud: "El metafísico, haciendo de la Mente su base de operaciones, sin tomar en cuenta a la materia y considerando que la verdad y la armonía del ser son superiores al error y la discordia, se ha fortalecido..." Reconocí que al orar como lo había hecho me estaba volviendo más fuerte. Y descubrí que me sentía mental y físicamente apta para superar toda sensación de debilidad y cansancio. Esto me permitió disfrutar de nuestras caminatas y de subir las numerosas escaleras que llevaban a nuestro departamento en el cuarto piso.

También me negué a especular o a diagnosticar sobre qué me estaba produciendo la hemorragia, recordando algunas palabras de Ciencia y Salud que mi madre me citaba cuando yo era niña: "el Científico Cristiano cuida tanto mejor de su cuerpo cuanto más lo deja fuera de su pensamiento". La declaración completa que contiene esta frase expresa: "Uno dice: 'Cuido bien de mi cuerpo'. Para hacerlo, se requiere la influencia pura y enaltecedora de la Mente divina sobre el cuerpo, y el Científico Cristiano cuida tanto mejor de su cuerpo cuanto más lo deja fuera de su pensamiento y como el Apóstol Pablo, está deseoso más bien de 'estar ausente del cuerpo, y presente al Señor'" (pág. 383. Me dediqué con devoción a seguir este ejemplo.

Después de orar por unos días, me salió un bulto del cuerpo. Tarde esa noche, me desperté sintiendo contracciones, fui al baño y eché gran cantidad de sangre. Pero debido a mi oración, no sentí ningún temor, sino que supe con toda confianza que Dios estaba conmigo. A pesar de la hemorragia, sólo sentí una gran liberación. Pensé en despertar a mi esposo y contarle lo ocurrido, pero decidí no sobresaltarlo. Con toda tranquilidad me duché, y mientras lo hacía canté mis himnos preferidos, y me sentí impulsada muchas veces a decir: "Gracias, Padre-Madre, Dios". Ya sé que todo está bien". Antes de regresar a la cama, volví a leer la Lección Sermón, y sentí mucha paz.

Al día siguiente, busqué un teléfono y llamé a una amiga que es practicista de la Christian Science y le pedí que orara conmigo ese día. Nuestras oraciones fueron eficaces. A los dos días la hemorragia cesó por completo, y no ha vuelto a producirse.

Estoy muy agradecida por todo el aliento que he recibido a lo largo de los años con las curaciones que otras personas han compartido en las revistas de la Christian Science.



Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / septiembre de 2004

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.