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Problemas en las rodillas solucionados

Del número de junio de 2004 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Hace unos cuantos años empecé a tener problemas de rigidez y dolor en las rodillas, y tenía dificultad para correr y caminar normalmente. Pero como esta dificultad se desarrolló paulatinamente y aparecía de vez en cuando, al principio pensé que simplemente podía seguir caminando y forzar mis rodillas para que se doblaran como debían hacerlo. Pronto descubrí que esto no era posible y que necesitaba sanar.

Después de muchos años de estudiar la Christian Science, naturalmente recurrí a la oración. Sabía que la curación se produciría cuando cambiara el pensamiento; cuando me viera como Dios me ve, perfecto y espiritual. Recordé una frase de Mary Baker Eddy que respaldaba esta conclusión. En Ciencia y Salud ella escribe: “El Científico Cristiano, comprendiendo de manera científica que todo es Mente, comienza a destruir el error con la causalidad mental, la verdad del ser. Ese correctivo es un alterante que llega a todas las partes del organismo humano. Según las Escrituras, sondea ‘las coyunturas y los tuétanos’, y restablece la armonía del hombre” (pág. 423).

También le pedí a un practicista de la Christian Science que orara conmigo. Él me indicó que orara para saber qué necesitaba cambiar en mi pensamiento, en lugar de estar atento a la situación física. Era evidente que necesitaba elevar mi autoestima, y reemplazar el pensamiento de carencia por un deseo de dar y de estar agradecido por el bien que ya tenía.

Esto fue realmente inspirador, y estaba deseoso de adoptar este nuevo concepto de mí mismo y realizar la actividad que esto implicaba. Me di cuenta de que ya había estado el tiempo suficiente “de rodillas”, pensando que no tenía otra alternativa más que la de someterme a las circunstancias externas. En lugar de esto, decidí “ponerme firme”, confiando en que Dios determinaba y mantenía continuamente el bien en mi vida.

En los días siguientes, continué atento a la dirección de Dios. Empecé a ver que podía dominar la timidez y el temor, y concentrarme en mi deseo puro de dar. Como este anhelo provenía de Dios, que es Amor, vino con la fortaleza, valentía y libertad necesarias para realizarlo. Sentí que Él me apoyaba para cumplir este deseo.

Como resultado de estas oraciones, comenzaron a efectuarse muchos cambios en mi vida. Había estado trabajando media jornada mientras estudiaba para ser abogado. El trabajo me permitía asistir a clase durante el día, pero me sentía incómodo por el hecho de que ocasionalmente tenía que vender cigarrillos y revistas obscenas como parte del mismo. Sinceramente, quería renunciar, pero dependía de este trabajo para obtener ingresos. Poco tiempo después de que decidí “ponerme firme”, me dijeron que había una oferta de empleo en un cine cercano, presenté la solicitud y lo obtuve. Esto me permitió seguir trabajando de noche y estudiar durante el día, y sentí que ya no me estaba rebajando como persona.

También pude compartir testimonios en las reuniones de los miércoles en la filial de la Iglesia de Cristo, Científico, a la que asistía. Esta fue una nueva libertad maravillosa.

El concepto más elevado que obtuve de mí mismo, como la semejanza de Dios, también produjo la curación física. La rigidez y el dolor de las rodillas desaparecieron completamente. Estoy muy agradecido por esta curación, que continúa bendiciendo todos los aspectos de mi vida.



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