En la página 372 de Science and Health with Key to the Scriptures (Ciencia y salud con Clave de las Escrituras), Mary Baker Eddy dice: "En la Christian Science,El nombre dado por Mary Baker Eddy a su descubrimiento (pronunciado Críschan Sáiens) y que, traducido literalmente, es la "Ciencia Cristiana." una negación de la Verdad es fatal, mientras que un justo reconocimiento de la Verdad y de lo que ella ha hecho por nosotros es una ayuda eficaz."
Desde hace mucho tiempo he deseado testificar sobre la maravillosa curación que he experimentado por medio de la Christian Science. Después de haber sido estudiante de esta Ciencia por unos veinticinco años, durante los cuales fué mi única ayuda en momentos de necesidad, llegó la ocasión cuando fuí probada más severamente que nunca. No tuve ningún diagnóstico material, pero creo que se trataba de un tumor y prolapso del útero. No fué solamente la curación física obtenida, la que consideré tan notable, sino el maravilloso avivamiento espiritual que ésta trajo aparejado.
Durante por lo menos dos años recibí ayuda de una practicista de la Christian Science, para resolver este problema en particular, y aun cuando trabajé y estudié con más fidelidad que nunca, parecía que mi situación empeoraba constantemente. Muchas peleas libré para vencer la desesperanza, el amargo desaliento y la sugestión frecuente de que sería mejor despedir a la practicista e intentar resolver el problema yo sola. No obstante, me fué dado rehusar ser influída por estas continuas sugestiones de la mente mortal, y la practicista y yo continuamos trabajando con paciencia. Finalmente, la enfermedad hizo crisis y por seis semanas sufrí intensos dolores, casi a diario, y no podía permanecer acostada por más de unos cuantos minutos seguidos. Fué el período más negro que jamás había experimentado y parecía incapacitada por completo para recibir pensamiento alguno de la Verdad, que me ayudase. ¡Cómo doy gracias a Dios por la única cosa de la que permanecí firmemente convencida: de que el Amor divino me conducía de la mano, fuera de la obscuridad, hacia la luz! Y repetidas veces doy gracias a Dios por la practicista tan fiel que firmemente mantuvo su posición en la Verdad y me sostuvo, cuando parecía que ya nada podía hacer, sino confiar ciegamente.
Cuando el dolor disminuyó un poco, decidí leer otra vez el libro Science and Health, desde el principio hasta el fin, aunque lo que leía me parecía nada más que palabras. Persistí en esto por algunos días, antes de que la luz espiritual empezara a iluminarme. Cuando comencé a percibir de nuevo la Verdad, mi mejoramiento fué tan rápido que quedé asombrada. Pasaron varias semanas antes de que pude recuperar mis fuerzas, pero desde entonces he disfrutado de mejor salud de la que he tenido en muchos años. Ahora encuentro verdadero placer en desempeñar mis quehaceres domésticos y hay orden en nuestro hogar, mientras que antes me parecía imposible mantenerlo en esas condiciones. Es muy claro para mí que la curación se debió a mi despertar espiritual y que estas pruebas amargas me ayudaron a obtener una nueva visión del Cristo, la Verdad. En la página 57 de Unity of Good (La Unidad del Bien), Mrs. Eddy escribe: "El dolor mortal de las angustias promueve el nacimiento del ser inmortal."
Las obras de Mrs. Eddy parecen tener un nuevo significado para mí. Pasajes que había leído repetidas veces antes, y que creía haber entendido, ahora veo en una luz más clara. El conocimiento que nuestro familia tiene de la Christian Science ha bendecido ricamente nuestro hogar, de acuerdo con las hermosas palabras de nuestra Guía, que aparecen en la página 16 de su libro Christian Healing (La Curación Cristiana): "La Vida y el Amor inmensurables ocuparán vuestros afectos, se aproximarán más a vuestros corazones y hogares, cuando toquéis aunque no sea más que el borde del vestido de la Verdad."
A medida que pasan los años, aumenta mi agradecimiento por haber tomado un curso de instrucción en una clase autorizada de la Christian Science. Comienzo a darme cuenta exacta de lo que significa consagrar nuestra vida a este trabajo, como lo hacen nuestros practicistas y profesores de la Christian Science, y quedo muy agradecida a quienes me han ayudado, y a Dios por todas Sus bondades.—Cincinnati, Ohio, U.S.A.