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Para el provecho de cualquier persona que tenga un problema semejante...

Del número de enero de 1947 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Para el provecho de cualquier persona que tenga un problema semejante al que tuve yo que enfrentar, deseo hacer el relato siguiente. El tabaco formaba parte integrante de mi vida, tal como si fuera un alimento, pues los puros que fumaba después del desayuno y las comidas me eran tan esenciales como las comidas mismas. Disponía de todo lo necesario para poder fumar a mi gusto.

Concurría asiduamente a los servicios religiosos de una iglesia de la Christian Science y allí conocí a varios de los miembros de la iglesia, que con el tiempo se hicieron muy buenos amigos. Una noche, junto con otra pareja, fuimos invitados a cenar a la casa de unos Científicos Cristianos. Por deferencia a nuestros anfitriones, comprendí que tendría que satisfacer mis deseos de fumar antes de ir a su casa, de manera que, mientras mi esposa se vestía, fumé un puro, una pipa y un cigarrillo.

Durante la conversación de sobremesa, uno de los presentes me preguntó si yo pensaba hacerme miembro de la iglesia de la Christian Science a la que acostumbraba asistir. Le contesté: "Quisiera hacerlo de todo corazón, porque me gusta mucho asistir a los cultos y anhelo ser un Científico Cristiano, pero aun fumo y amo el tabaco y entiendo que no puedo ser miembro de su iglesia mientras continúe fumando." Entonces mi amigo respondió: "¿No es usted el hijo de Dios, Su imagen y semajanza? Como hijo de Dios, ¿quiere usted decir que una hierba del campo puede tener semejante influencia sobre su persona?" Sus palabras, tan poderosa y cariñosamente expresadas, se me grabaron en la mente durante todo el resto de la visita. Al regresar a casa, busqué mi sillón favorito, pero encontré que el olor a tabaco quemado me provocó náusea. Comprendí entonces que había llegado el momento de abandonar para siempre el hábito de fumar, y al día siguiente deseché mis pipas, mis puros y mis cigarrillos. Aquella misma noche regresé a casa de mi amigo y le entregué mi solicitud para ser admitido como miembro de la iglesia aludida.

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