Deseo expresar mi gratitud a Dios por la Christian Science y las múltiples bendiciones que he recibido a través del estudio y la aplicación de la verdad tal como es revelada en esta Ciencia. Yo he experimentado muchas curaciones que prueban sin lugar a dudas que la Christian Science sana y que es instituída por Dios.
En el año 1917, después de fallecer una pequeña hijita mía, me enfermé, y como quedé muy débil, a veces tuve que guardar cama durante cuatro o cinco días seguidos. Estuve en el hospital seis veces durante los diecinueve años siguientes, viéndome obligada a ser sometida cuatro veces a operaciones, dos de ellas de importancia y dos de menor consideración. Había probado ya todos los medios y remedios materiales, pero como la mujer de la Biblia (Marcos, 5:26), “Nada había aprovechado, sino antes [me] iba peor.” No sabía que hacer, y sólo pensaba que iba a morir.
Una hermana mía entonces me recomendó que probara la Christian Science, y me habló de una Científica Cristiana de la cual podría yo obtener información. En ese tiempo yo pesaba sólo noventa libras. Escribí a esa señora, y ella me envió tres ejemplares del Christian Science Sentinel, aconsejándome que me consiguiera Ciencia y Salud por Mrs. Eddy. Yo hasta ignoraba que existiera tal libro, pero lo encargué enseguida. Antes de que llegara ya había sido sanada de estreñimiento, con sólo leer el Sentinel. Cuando solamente había leído unas cuantas páginas de Ciencia y Salud me fué posible comer lo que deseaba sin sentir molestia alguna, en tanto que anteriormente cuanto comía me hacía mal. Comencé a aumentar de peso y muy pronto llegué a mi peso normal.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!