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Es una gran alegría para mí tener esta...

Del número de abril de 1950 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Es una gran alegría para mí tener esta oportunidad de testificar acerca del poder curativo de la Christian ScienceEl nombre dado por Mary Baker Eddy a su descubrimiento (pronunciado Críschan Sáiens) y que, traducido literalmente, es la “Ciencia Cristiana”. y expresar mi gratitud por los numerosos beneficios que he recibido por medio de esta Ciencia. Mi corazón se desborda de gratitud por las muchas curaciones físicas y la inspiración que me ha aportado el estudio de la Christian Science.

Al nacer nuestro primer niño, fuí completa y permanentemente sanada, con la ayuda de una practicista de la Christian Science, después que los médicos que me atendían hubieron declarado que habían hecho todo lo que podían por mí, pero que no esperaban que pudiera sobrevivir.

En otra ocasión, mientras me hallaba trabajando, enfermé gravemente de gripe. Me mandaron a mi casa y se solicitó la ayuda de una practicista. Ella continuó trabajando por mí dos días sin que sintiera el menor alivio. Al tercer día la practicista vino a verme y me cantó las palabras de algunos himnos del Himnario de la Christian Science, incluso todos los de Mrs. Eddy. Mi curación fué completa y esa misma tarde me levanté y me vestí.

Cuando uno de nuestros niños tenía más o menos nueve años de edad, se le apareció un furúnculo en la parte posterior del cuello. Con el primer tratamiento de la Christian Science todo dolor desapareció, y a pesar de que el furúnculo persistió durante seis semanas, el niño ya no sufrió más. Yo misma obtuve una maravillosa revelación al estudiar las palabras del himno número 144. Cuando percibí que sólo el sentido material nos estaba engañando, tratando de hacernos creer que existía algún mal, y cuando comprendí estas palabras: “Perfectos somos en Su amor”, esa manifestación tan desagradable desapareció inmediatamente.

Cierto miércoles por la noche, a eso de las siete, me ví atacada de un fuerte dolor en la espalda. Reclamando mi dominio sobre un falso concepto material del cuerpo, me fué posible continuar con mi trabajo y asistir a la reunión testimonial. Durante la noche el dolor se hizo más agudo y apenas podía moverme. Con gran dificultad logré acercarme al teléfono y pedir ayuda a un practicista. Como Jacob en antaño, luché hasta rayar el día, cuando el significado de esta definición dada por Mrs. Eddy en Ciencia y Salud (pág. 584) llenó mi consciencia: “Día. La irradiación de la Vida; la luz, la idea espiritual de la Verdad y el Amor.” Sentí como si estuviera completamente rodeada por la “mañana”, la cual Mrs. Eddy define como: “Luz; símbolo de la Verdad; revelación y progreso” (ib., pág. 591). Me sentía en perfecta paz con Dios, con el mundo, con mis semejantes y conmigo misma. La tendencia a criticar fué reemplazada con una profunda sensación de gratitud hacia Dios, hacia nuestra Guía y hacia los practicistas que me habían tratado y los amigos que tan afectuosamente me habían ayudado por todo el camino. La discordancia y la confusión se apartaron de mí y me sentí completamente libre. Me levanté a la hora de costumbre, me vestí y fuí al trabajo feliz y contenta.

Este testimonio no estaría completo si no expresara mi gratitud por la feliz solución de un problema financiero. En el año 1930, cuando nuestros asuntos iban muy mal, me inscribí como alumna en una clase autorizada de la Christian Science. Mediante el estudio consagrado y con la ayuda de mi futuro profesor, fuí guiada a solicitar un empleo que sabía pronto estaría vacante, a pesar de que la persona con la cual me entrevisté me dijo que se habían recibido muchas solicitudes para este puesto. A los pocos días se me notificó que yo había sido elegida para el puesto y que recibiría un sueldo más alto que el que acostumbraban pagar. Percibí al instante que esto era la obra de Dios y que El me había colocado en ese puesto. Con la profunda gratitud que yo expresaba, avancé rápidamente y trabajé en esa firma muy felizmente durante muchos años.

Es grande mi gratitud por el hecho de ser miembro de La Iglesia Madre y por haber tenido la feliz experiencia de servir en una iglesia filial en diversas capacidades. También siento gratitud por el privilegio de haber recibido instrucción en la Christian Science de un consagrado profesor. —

Deseo corroborar el testimonio de mi madre respecto a la curación del furúnculo. También deseo expresar mi gratitud por muchas otras curaciones y por la protección de que he gozado en la Christian Science.

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