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Nuestro Pastor impersonal y las Lecciones Bíblicas

Del número de abril de 1950 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


En su obra Miscellaneous Writings (págs. 382 y 383), Mary Baker Eddy dice: “En el año 1895 instituí la Biblia y ‘Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras’, libro de texto de la Christian Science, como el pastor, sobre este planeta, de todas las iglesias de la Christian Science.” Mrs. Eddy fué divinamente guiada cuando instituyó para la Iglesia Científica de Cristo un pastor dual e impersonal. Cabe notar que no tenemos dos pastores sino uno solo, que es dual e impersonal. Escribiendo más detalladamente acerca de este pastor, Mrs. Eddy dice (ib., 322): “Vuestro pastor dual e impersonal, la Biblia y ‘Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras’, está con vosotros; y la Vida que éstos dan, la Verdad que ilustran y el Amor que demuestran, constituyen el gran Pastor que apacenta mis ovejas, y las conduce ‘junto a aguas de reposo’.”

El elemento central de un culto de la Christian Science es la Lección Bíblica, la que consiste de pasajes de la Biblia y de Ciencia y Salud, compilados por el Comité de Lecciones Bíblicas y publicados en el Trimestral de la Christian Science. El estudiante de la Christian Science estudia esta Lección durante la semana y aplica en sus experiencias diarias las verdades allí contenidas. Los domingos escucha atentamente en su iglesia la lectura de esta Lección, que le aporta nueva inspiración y comprensión.

Cuán a menudo oímos decir: “Hoy percibí algo en la Lección Bíblica que nunca había notado antes. Era justamente lo que necesitaba para resolver mi problema. Había estudiado la Lección durante la semana pero su lectura desde el púlpito me ha proporcionado un concepto enteramente nuevo.” Esto demuestra que uno está atento al significado espiritual del mensaje y que comprende cómo se aplica a los asuntos humanos.

Si la Lección Bíblica pareciera carecer de inspiración, estad seguros de que la culpa no la tiene ni la Lección, ni el Lector, ni la iglesia. El remedio lo hallaremos en nuestro propio pensamiento. Consiste en estudiar más a fondo la Lección durante la semana y en ponerla en práctica.

Algunos estudiantes se sienten atraídos hacia una Lección más que a otra. A veces oímos decir: “A mi no me agrada la Lección de esta semana.” Tal observación quizá provenga de algún prejuicio acerca del tema abarcado y que se disiparía mediante un estudio más profundo de los textos escogidos. El que ha estudiado a fondo la Lección digamos sobre el Castigo Eterno, quedará convencido de que para quienes abandonan el pecado no puede haber castigo o condenación; y se sentirá más seguro que nunca de la bondad y el amor de Dios.

Debiera recordarse que las Lecciones Bíblicas son preparadas tanto para el principiante en la Christian Science como para el estudiante ya más adelantado. Los textos familiares se verán iluminados a medida que el estudiante reconozca su profundo significado y halle su inspiración dentro de su propia comprensión de la Palabra. Para aquellos que desean saber más acerca de las Lecciones Bíblicas, la hoja suelta titulada “Divinely Inspired Sermons” será de mucho provecho. Publicada por la Sociedad Editora de la Christian Science, reproduce un artículo que apareció en The Christian Science Journal del mes de octubre de 1941.

Nuestro estudio de la Lección Bíblica requiere el inteligente uso de la Biblia y del libro de texto de la Christian Science. Mediante una sincera aplicación, la Palabra escrita puede llegar a ser para nosotros la Palabra viviente, puesta en práctica en nuestras tareas diarias. El estudio revela el valor del Glosario de Ciencia y Salud, pues éste contiene la interpretación metafísica de muchos de los términos empleados en la Biblia.

Otro método de estudiar, que también resulta provechoso, es el de notar el uso que Mrs. Eddy ha hecho en sus escritos de un cierto texto de la Biblia. Esto puede hacerse consultando el índice de citaciones bíblicas que aparece al final de las Concordancias de Ciencia y Salud y los demás escritos de Mrs. Eddy. La manera en que ella aplica un texto bíblico siempre verterá nueva luz sobre la Palabra inspirada de la Biblia.

El Científico Cristiano es siempre un estudiante de la Biblia. Se familiariza no solamente con las narraciones bíblicas, sino también con los personajes de la Biblia. Para alcanzar este objetivo necesita ante todo hacer un estudio de la vida y las obras de nuestro Maestro, Cristo Jesús. El Científico Cristiano también aprende a apreciar el carácter de los hombres y mujeres del Antiguo y del Nuevo Testamento: Moisés, el legislador, humilde pero poderoso libertador de los hijos de Israel; David, el dulce cantor y salmista de Israel, poeta, soldado y rey; María Magdalena, testigo viviente del poder transformador del Cristo; Pablo, el valiente misionero que llevó las Escrituras hasta los confines de la civilización. Tales hombres y mujeres son más que meros conocidos; se convierten en nuestros amigos y nosotros sacamos provecho de sus experiencias. Cuando los personajes de la Biblia aparecen en el curso de nuestras Lecciones Bíblicas, pensamos de ellos según el carácter o las cualidades que representan.

El mero estudio de la letra de nuestras Lecciones Bíblicas no basta. Conviene hacernos estas preguntas: ¿Qué uso hago yo de estas enseñanzas? ¿Estoy demostrando yo las verdades espirituales que contienen? El estudio y la práctica de la Christian Science van juntos. Ambas cosas son necesarias; a la verdad, tanto el estudio como la práctica son esenciales.

Las oportunidades para progresar son provistas por Dios y por tanto jamás faltan. En cierta ocasión Cristo Jesús dijo a sus discípulos (Juan, 4:35): “Alzad vuestros ojos y mirad los campos, que ya están blancos para la siega.” Los campos de la educación, del gobierno, del comercio, en fin, todos los campos de la actividad humana, están listos para sentir la influencia transformadora del Cristo, la Verdad. El Científico Cristiano que estudia las Lecciones Bíblicas todos los días, halla amplias oportunidades de aplicar las verdades que éstas contienen. En el hogar, en los negocios y en la iglesia, él prueba, paso a paso, su camino en la Ciencia. ¡Con qué júbilo emprende el estudio de las Lecciones Bíblicas — lecciones de tanta importancia para la humanidad — y con qué satisfacción pone en práctica su comprensión de la Christian Science, mediante obras sanadoras!

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