En la página vii del Prefacio de “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mary Baker Eddy, leemos esta frase: “Para los que se apoyan en el infinito sostenedor, el día de hoy está lleno de bendiciones.” Muchas veces desde que comencé el estudio de la Christian Science he probado la verdad que encierra esta declaración, de manera que con gran júbilo deseo dar testimonio de mi gratitud por las bendiciones recibidas, esperando que este testimonio aliente a otras personas así como yo he sido alentada al leer los testimonios publicados.
Hace aproximadamente once años que yo fuí guiada a la Christian Science. Había estado mucho tiempo en cama a causa de bronquitis, neumonía, asma, enteritis y otras dolencias. Me habían dado muchas inyecciones, había tomado mucha medicina y estaba para operarme, ya que varios médicos y cirujanos me lo habían aconsejado. Sentía mucho miedo, pues ya había sufrido en gran manera. Me hallaba desesperada, pero “la necesidad del hombre es la oportunidad de Dios.”
Fué entonces que una amiga me habló de la Christian Science y me llevó a una reunión testimonial de los miércoles por la noche. Quedé tan impresionada que al día siguiente fuí a ver a una practicista, quien me guió en mis primeros pasos en la Christian Science y comenzó a darme tratamientos. A los pocos meses sané completamente. Había llegado a comprender que Dios, el Amor, quien es todopoderoso, siempre cuida de Sus hijos, y que si aparentamos sufrir, siempre tenemos el remedio a mano. Podemos acallar el error, o la tal llamada mente mortal, declarando la verdad. Con la ayuda de practicistas he podido liberarme de otros males, tales como el mal funcionamiento de los intestinos, neuralgia, y una excesiva nerviosidad. Ya no hago más uso de medicinas.
Uno de mis parientes quedó paralizada de un lado del cuerpo como resultado de un ataque, el médico habiendo pronosticado que quedaría paralítica si es que recuperaba después del ataque. Nos procuramos la ayuda de una practicista, y al poco tiempo nuestra parienta sanó. Esto ocurrió hace nueve años, y aun hoy ella sigue gozando de buena salud.
También estoy agradecida por la protección que experimentamos durante la guerra. Al dejar nuestra casa durante la evacuación para refugiarnos en el sud, Dios estaba velando por nosotros. Por un momento cuando nos preparábamos para partir me sentí atemorizada, pero al punto me dirigí a Dios comprendiendo que El siempre está cerca de nosotros, tal como se expresa en los Salmos (27:1): “¡Jehová es mi luz y mi salvación! ¿de quién temeré? ¡Jehová es la fortaleza de mi vida! ¿de quién me espantaré?” También comprendí que todos los hombres son hijos de Dios y que no pueden hacerse mal los unos a los otros.
Cuando el error nos sugiere que no tenemos bastante provisión, a menudo recuerdo las palabras del Salmo veintitres (vers.º 1): “Jehová es mi pastor: nada me faltará.” La comprensión espiritual de este pasaje nos ha traído grandes bendiciones tanto a mí como a mi familia, y también hemos podido ayudar a otros.
Puedo decir en verdad que la Christian Science es la gran Ciencia que llena todas las necesidades humanas. Estoy tan agradecida a Dios por haber inspirado a Mrs. Eddy, quien dió su vida entera para que nosotros nos beneficiáramos con su maravilloso descubrimiento. También agradezco a los practicistas, quienes siempre nos ayudan con tanta bondad y paciencia. Honda es mi gratitud hacia todos los que trabajan por nuestro movimiento y que nos ayudan en nuestro camino de la materia al Alma.— Arras, Pas-de-Calais, Francia.
