La comprensión de que Dios es la Vida y eterna e indestructible y de que el hombre es por siempre inseparable de la Vida y que la refleja, es de suma importancia para el Científico Cristiano. Trae consigo a la experiencia humana una sensación de regocijo, espontaneidad, potencia y dominio que no se puede obtener de ninguna otra manera.
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