Uno de los industriales más prominentes ha escrito un libro aquilatando los modales y la moralidad de los hombres de negocios, instándolos a que amplíen su aprecio de los valores morales, éticos y espirituales, desempeñando así mejor servicio para sí mismos, para sus negociaciones y para la comunidad.
Para los que se crean partícipes en el desarrollo de las empresas en que trabajan o que juzguen ser responsables de lo que concierne a los empleados o a los accionistas, su estudio de la Christian Science puede volvérseles un factor de la mayor importancia. Dice Mary Baker Eddy en la página 128 de “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras:” “La palabra Ciencia, propiamente entendida, se refiere únicamente a las leyes de Dios y a Su gobierno del universo, incluso el hombre. De ahí se explica que hombres de negocios así como hombres de letras cultos han encontrado que la Christian Science les aumenta su resistencia y sus poderes mentales, aguza su perspicacia en relación con los caracteres, les da penetración e ingenio y habilidad para exceder su capacidad ordinaria.”
Si alguien se ve en la necesidad de crear mayor demanda de sus productos o de sus servicios, con frecuencia se siente tentado a apelar a los deseos populares según la mente mortal y a influir a la gente erróneamente, negándoles así su inherente dignidad y libertad para que piensen de por sí. Le es fácil a la mente humana convencerse a sí misma de que es razonable lo que ella quiere, y con la actual disponibilidad de medios técnicos para propagar mensajes para inducir a millones de personas a que hagan compras, un hombre de negocios puede a veces pensar desacertadamente que le resulte conveniente bajar las normas de la cultura empleando tecnicalidades productoras de venta burdas, mediocres y quizá hasta fundamentalmente no honradas.
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