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Mi madre sanó de dolor de cabeza crónico...

Del número de octubre de 1956 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Mi madre sanó de dolor de cabeza crónico al leer el libro de texto de la Christian Science, “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mary Baker Eddy. Mi padre quedó curado con un tratamiento por un practicista de esta Ciencia de una postración nerviosa completa que lo había confinado en una institución para tales casos mentales. Fué dado de baja por haberlo hallado enteramente sano ya, regresando luego a su trabajo como agente viajero. Yo he gozado de una salud espléndida toda mi vida y deseo expresar mi gratitud por este hecho y por haber recibido instrucción facultativa de la Christian Science, que me ha dado una comprensión mejor de lo que constituye la salud verdadera.

Hace varios años me avisó mi madre que mi hermano había sido llevado a una enfermería para que lo operaran de cáncer en los intestinos. Pero los cirujanos consideraron su mal demasiado avanzado para que resultara de provecho la operación, por lo que mi hermano regresó a casa. Empleando únicamente las verdades de la Christian Science, mi madre lo curó de ese cáncer. Desde entonces, mi hermano contrajo matrimonio, y hoy está tan atareado en su ocupación como siempre.

Hace más de veinte años no hemos necesitado ninguna atención médica en nuestro hogar. La comprensión de la Christian Science ha suplido todas nuestras necesidades. Con la ayuda de un practicista, mi esposa fué curada de los efectos de un accidente grave.

Habiendo perdido mi puesto hace varios años por no haber podido obtener pedidos como vendedor, yo me establecí en un negocio por mi propia cuenta, pues a pesar de mi fracaso yo estaba convencido de que eso era lo que debía adoptar como mi trabajo. Puse mi casa y mi oficina en una población en la que había una Iglesia Científica de Cristo, en donde he tenido el privilegio de enseñar en la Escuela Dominical. Poco después fuí nombrado Primer Lector. Mi negocio ha tenido éxito y me ha traído muchas relaciones comerciales de trato agradable.

Cuando recuerdo algunas de las bendiciones que he experimentado, las palabras son incapaces de expresar la gratitud que siento. Agradezco a Dios especialmente las Lecciones-Sermones que nos trae el Cuaderno Trimestral de la Christian Science que fundó nuestra Guía, Mrs. Eddy, con el propósito de que proveyera toda necesidad nuestra, así como por el gran privilegio de concurrir anualmente a la junta de nuestra asociación. —

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